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Secretos de despacho

Revoltoso orden en Sister Jane, el estudio más de moda

Dejó la banca de inversión para entregarse a su pasión. En solo un año ha puesto a Topshop a sus pies

La historia de cómo se gestó Sister Jane, una de las marcas que más han vendido este año en Topshop (para los no iniciados, la tienda de moda más prestigiosa y trendy de Londres), no tiene nada de convencional. El estudio de Beatriz Deza, su alma máter, tampoco: desde una cabeza de cebra a infinidad de instrumentos musicales, pasando por calaveras acabadas en distintos materiales, la decoración de su espacioso taller-vivienda es muy sugerente. Infinidad de flores y cajas de materiales conviven en un caos ordenado.

¿Quién le iba a decir a una exitosa banquera de inversión que en cuestión de un año se reciclaría, también con éxito, a diseñadora de moda? Deza cuenta esa transición de manera natural. "El trabajo me iba bien, pero durante mis últimos tres años en el sector de los hedge funds notaba que la vida que llevaba no era la que yo quería. No me sentía llena". Para combatir ese sentimiento, Deza empezó a dedicar su tiempo libre a actividades diversas, entre las que ella misma destaca el haber montado algunas ONG en India. Pero no era suficiente: necesitaba un cambio más radical.

El punto de inflexión le llegó, irónicamente, gracias a los continuos viajes que tenía que hacer por trabajo. Tras diez años de carrera en la banca privada, que le habían llevado a vivir en Nueva York, Ginebra y Londres, Deza encontró su motivación en un país asiático -cuyo nombre no quiere revelar por secreto profesional-. Fue allí donde, al dar con una fábrica de tejidos, vio la luz y se puso a crear. Consiguió presentar su trabajo a Topshop, la boutique en la que colocan sus prendas gente como Kate Moss, a través del contacto de una amiga suya. La reacción fue muy positiva: le encargaron una colección entera en el plazo de un mes. Llegados a este punto, convenció a uno de sus compañeros de trabajo en el banco, Enrico Ziglio, para que se asociara con él y le ayudara a afrontar el pedido. "En ese momento me quedaban tres meses para cobrar el bonus anual, así que tuve que compaginar los dos trabajos durante ese tiempo", comenta con la cara de quien evoca una pesadilla.

La cosa salió bien. Tanto, que la boutique londinense le sigue pidiendo semana tras semana nuevos modelos. Además de Topshop, Sister Jane vende sus prendas en el sitio online Asos.com y, aquí en España, en Federica & Co. y en El Corte Inglés. Tienen prevista la apertura de una tienda propia en Londres y otra en Madrid o Barcelona. Sin embargo, la guinda a su meteórica carrera podría estar por venir, ya que se encuentra en fase de negociación con una importante multinacional de la distribución textil.

Lo que más llama la atención de Beatriz Deza es que nunca había diseñado ni trabajado con sus manos una tela hasta que le llegó la inspiración en aquel remoto lugar de Asia. "De pequeña me customizaba pantalones, y cuando iba a alguna boda le decía al sastre cómo quería mi vestido, pero nada más", remarca. Eso sí: la moda siempre ha formado parte de su vida. "Los fines de semana necesitaba ir de compras, y durante mis últimos meses como banquera de inversiones pasaba los mediodías en las tiendas". Todo eso se acabó desde que ha hecho de la moda su profesión.

Deza tiene muy clara la filosofía de la marca que han puesto en marcha su socio y ella. "Nos interesan productos muy asequibles y cambiantes. Creemos en las minicolecciones de edición superlimitada porque pienso que ligan con la actitud de la gente de hoy en día: nos cansamos de las cosas muy rápido y lo que hoy es nuevo, mañana no lo es". Este modelo tiene dos implicaciones esenciales: "La producción circula muy rápido y yo, literalmente, no duermo para tener lista una pieza nueva cada una o dos semanas", apunta.

Sister Jane (bautizada así porque su creadora nació el día de San Juan) quiere ser, ante todo, "una marca con alma, algo que le falta a las firmas de streetwear y que nosotros queremos evitar creando un mundo propio para nuestra ropa". Así, por ejemplo, en sus tiendas suenan listas de música especialmente diseñadas para ello en Londres. También quieren ser una marca contracorriente, "como lo fueron Jane Fonda, Jane Birkin o Janis Joplin".

Música como inspiración

Cuando se le pide que elija un objeto de su despacho que aprecie, no duda. Escoge un libro de partituras de Florence and The Machine, una de sus fuentes de inspiración. "Florence Walsh es mi musa. Le hemos enviado ropa y se la ha puesto", dice orgullosa. Tiene su estudio lleno de instrumentos (guitarras, bajo, teclado, batería y bongos). "Los toco todos, pero mal", confiesa. Ella es la cantante de Jane and the Tonics y usan su estudio como lugar de ensayo. Además de la música, Beatriz Deza encuentra su inspiración en las calles de Londres, donde pasa una semana al mes.

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