Latinoamérica: un mercado sólido para la empresa

La apuesta de las grandes empresas españolas por el Nuevo Continente comenzó hace ya más de dos décadas. Para muchas de estas empresas, los mercados latinoamericanos supusieron un primer paso en un proceso de internacionalización mucho más ambicioso, que las ha convertido en compañías genuinamente globales.

Con el paso de los años, estos mercados han ido adquiriendo un grado de solvencia y madurez que los está equiparando a los mercados europeos.

Es así que mientras Europa se debate aún en una crisis con una previsión incierta de superación y que en estos momentos se está traduciendo en unas cifras de crecimiento muy bajas, los mercados latinoamericanos van a crecer de una forma importante en 2011, arrojando cifras del orden del 3,5% en México, 4,6% en Brasil, 6% en Perú o 4% en Colombia.

Este crecimiento tan importante en los mercados latinoamericanos, junto a una estabilidad jurídica y financiera, se ve complementado por una oferta laboral con un nivel de calidad idéntico al de los mercados europeos a unos precios mucho más competitivos. Estas variables hacen de los mercados latinoamericanos un nuevo modelo de oferta mucho más atractivo al mundo de lo que lo fue en sus inicios. Todas las empresas, ya no solo grandes, sino también las de mediano tamaño, ven en esos nuevos mercados numerosas oportunidades de negocio.

Por otro lado, Latinoamérica se ha convertido no solo en un mercado en el que vender productos y servicios, sino también, sobre todo en los últimos años, en un proveedor que puede competir a nivel global en muchos mercados.

El elevado nivel de preparación de sus profesionales junto con la competitividad de sus costes hacen muy rentable la producción de servicios.

Por ejemplo, el pasado mes de abril se celebró en Uruguay el Foro Latinoamericano y del Caribe de Outsourcing y Offshoring, donde se puso de manifiesto el interés y la capacidad de las empresas de servicios TIC latinoamericanas para prestar servicios más allá de las fronteras de sus países de origen, gracias a su alto nivel de preparación y bajo nivel de costes.

Es por ello que América Latina se ha convertido en una oferta extraordinariamente atractiva para muchas empresas españolas. Pero es un camino de doble vía: a pesar de la distancia geográfica, ya los países latinoamericanos también se están haciendo un hueco como proveedores con capacidad de competir con otras economías emergentes y prestar servicios a nivel global.

Presidente ejecutivo de Delaware