"Rajoy deberá hacer más competitiva a España"

Simón Pedro Barceló (Palma de Mallorca, 1966) es copresidente del grupo Barceló, la tercera cadena hotelera más grande de España y una de las 25 primeras del mundo, con 182 establecimientos en 17 países. La compañía, que ha celebrado su 80 aniversario en 2011, cerrará un año con unos resultados "similares a los de 2010", pese a que "en un principio creíamos que este sería un ejercicio mejor". Pero lo cierto es que "la reactivación económica que esperábamos no se ha llegado a producir".

¿Qué balance hace de 2011?

En Barceló Hotels & Resorts, este año hemos seguido la tónica con la que cerramos 2010, pese a que nuestras expectativas eran otras bien distintas. Donde más lo hemos notado ha sido en nuestros hoteles españoles de costa peninsular, que se nutren, principalmente, de un emisor nacional que en 2011 se ha visto retraído debido a la crisis. En cuanto a Baleares y, sobre todo, Canarias, han funcionado muy bien en ocupación, pero con precios bajos, ya que fueron contratados mayoritariamente en un periodo de baja demanda, antes del inicio de la primavera árabe que tantos turistas ha desviado posteriormente a nuestro país.

Es un año que termina con nuevas huelgas dentro del sector de la aviación.

Apelamos una vez más a la responsabilidad de todos los agentes de nuestro país. Este tipo de huelgas no benefician en absoluto a la de por sí maltrecha economía española y dañan muchísimo a una de las pocas industrias que ha demostrado que puede ayudar a España a salir de la crisis, el turismo. No es entendible que, en un momento en el que la situación del norte de África ha posicionado a España como destino refugio, en lugar de aprovecharnos del momento pongamos nosotros mismos el freno a esta afluencia extraordinaria de visitantes.

¿Cuáles son las previsiones del grupo para 2012?

Nuestra prioridad va a seguir siendo consolidar la oferta que tenemos, mantener la elevada calidad que hemos conseguido en los últimos años, seguir creciendo pero de una manera sostenible y priorizar los contratos de gestión que están situados mayoritariamente en la cuenca mediterránea. Dentro de este marco, en 2012 tenemos previsto abrir tres hoteles en Roma, uno en la zona de Calabria y otro en Marraquech, aunque es probable que se sume alguno más.

¿Y en cuanto a inversiones?

El único hotel en propiedad que vamos a inaugurar el año que viene será el Barceló Hamburgo, en Alemania. En esta misma área destacaría también la conclusión del ambicioso proyecto de reforma que hemos llevado a cabo en el Barceló Sants, en Barcelona, el que fue nuestro primer hotel de ciudad y que mostrará su nueva imagen a finales de 2012, coincidiendo con su 20o aniversario y con los 20 años de la incursión de Barceló Hotels & Resorts en el ámbito de los hoteles de negocio.

¿Continuarán con la desinversión en activos no estratégicos, principalmente en hoteles de tres estrellas?

En la actualidad nuestra prioridad pasa por consolidar nuestra posición, garantizar a nuestros clientes unos servicios de calidad y obtener unas rentabilidades interesantes. Nuestra compañía ha reubicado ya más del 95% de sus hoteles en el segmento de cuatro y cinco estrellas, dado que nos hemos establecido un portafolio exclusivamente de este rango. Así, contemplamos un plan de venta de activos de gama media y baja, bien porque no encajan con el prototipo que nos hemos fijado o bien por estar situados en zonas donde contábamos con más hoteles. No se trata, en absoluto, de vender por vender a cualquier precio.

¿Qué expectativas tiene en el nuevo Gobierno?

Por lo que he podido analizar de las primeras palabras de Mariano Rajoy en su discurso de investidura, muchas de las medidas que desde el sector se están demandando van a tener acogida en sus planes de gobierno. Esas medidas imprescindibles y urgentes pasan, por un lado, por sentar las bases para hacer más competitiva y productiva a España. Para ello es imprescindible una revisión a fondo de las condiciones laborales actuales, tanto sus costes, como la rigidez de sus instrumentos. También hay que reducir el gasto público, haciéndolo más eficiente. En ello puede jugar un papel muy importante la reforma de la Administración, a mi juicio, ineludible, con el fin de evitar duplicidades y trámites innecesarios. Por otro lado, hay que resolver rapidísimamente el tema de la financiación para empresas, autónomos y ciudadanos, lo que sin duda fomentará la contratación y producirá un doble efecto: la reducción del sangrante nivel de desempleo que estamos sufriendo y un aumento de los ingresos del Estado por la vía de las cotizaciones sociales y los impuestos.