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LUIS JODAR, Vicepresidente global de vacunas de Pfizer

"Habrá vacunas para cada tipo de tumor"

Actualmente vive cerca de Filadelfia (EE UU), el décimo país en el que reside desde que abandonara España para realizar su trabajo posdoctoral en Japón. Luis Jodar (Madrid, 1967) se ha convertido en uno de los más prestigiosos científicos españoles que trabajan en el sector privado. Ocupa el cargo de vicepresidente global del área de vacunas del gigante estadounidense Pfizer, pero anteriormente ha trabajado como experto en la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra o en el Instituto Nacional de Vacunas de Seúl.

La pasada semana estuvo en Madrid en un seminario sobre vacunas organizado por Pfizer, donde atendió a este periódico. En algún momento de su conversación bromeó sobre que en la actualidad se había pasado al "lado oscuro", al sector privado, a veces denostado por otros investigadores. "Sin la industria farmacéutica, con todos los recursos que tiene a su disposición, va a ser extremadamente difícil que haya nuevas vacunas. La inmensa mayoría de ellas provienen del sector privado, porque la inversión para su desarrollo es extraordinariamente elevada, de 1.000 millones de dólares".

Afronta también el reproche que en ocasiones se hace a las farmacéuticas sobre que no están interesadas en desarrollar productos para países pobres: "A mí esa crítica, por mi experiencia en la OMS, me parece manifiestamente injusta. No es que no se pueda criticar cuando haya algo mal hecho, pero tiene que haber un partenariado con el sector público y la industria, porque va en beneficio de todos. Claro que es muy difícil invertir esa ingente cantidad de dinero en una enfermedad a no ser que existan ayudas de cooperación al desarrollo, aunque al final tampoco habrá un beneficio grande para la industria". Cree que debe compensarse con los ingresos en zonas ricas: "Para que haya vacunas baratas en países muy pobres, tiene que haber precios más caros en otros países. Las farmacéuticas necesitan generar beneficios para reinvertirlos en I+D y para que los accionistas confíen, porque si no se acaba la empresa".

"Para que haya vacunas baratas en países muy pobres, tiene que haber precios más caros en otros"

"Pfizer siempre está dispuesta a adquirir o a desarrollar proyectos conjuntos"

Durante años, Jodar ha recorrido África de punta a punta, intentando erradicar ciertas enfermedades, por lo que ha recibido una medalla al mérito civil otorgada por el rey Juan Carlos. En ese continente y en otros lugares del mundo todavía se sufren patologías sin vacuna, como la malaria o el mal de Chagas. Por eso, insiste en la importancia de la cooperación al desarrollo.

Pone como ejemplo de buen hacer a la Fundación Bill y Melinda Gates, con sus fondos que ayudan al sector privado, o el de la apuesta pública en centros donde evaluar los ensayos clínicos, como el del investigador Pedro Alonso en África. Aun así no es optimista sobre nuevos productos, tampoco para el mundo rico. "Las vacunas más fáciles ya se han hecho. Las que quedan son las más complicadas".

Es el caso del cáncer. En tumores causados por patógenos infecciosos, como el virus del papiloma humano o la hepatitis B, ya hay vacunas, y se trabaja para ciertas casos de cáncer de estómago. Pero hay una serie de tumores que no están causados por virus. "Lo que se trata de conseguir es una vacuna terapéutica, capaz de generar anticuerpos que identifiquen las células malignas. Una vez que se tiene el cáncer, se vacuna y es capaz de seleccionar las células malignas. Eso todavía está en su infancia", explica.

"Lo que nos gustaría es que tuviéramos una capaz de reconocer esas células y, por lo tanto, que fuera preventiva, pero también otras capaces de eliminar la patología una vez que estás enfermo". Pero advierte de que no existirá una inmunización preventiva ni terapéutica única contra el cáncer, como se pensó en el pasado. "No va a haber una vacuna universal contra un tumor. Habrá una decena de diferentes vacunas para los distintos tipos de tumores".

Su compañía trabaja también con otras contra enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. La I+D de su equipo se realiza en la casa, pero también buscando alianzas con centros públicos, universidades u otras empresas. "Pfizer siempre está mirando oportunidades para adquirir o para desarrollar proyectos conjuntos".

Sí se atreve con una pequeña autocrítica sobre el papel de la industria farmacéutica. "Ha faltado que concienciemos a la población en general de la importancia de las vacunas. No solo en términos de prevención de salud pública, sino de desarrollo en general, económico y de derechos de los niños de todo el mundo a ser vacunados. Los Gobiernos deberían priorizar en políticas de prevención. Es la intervención más coste-efectiva de toda la historia. No hay otra que se administre a la población y que haya sido capaz de erradicar enfermedades".

Por eso, es muy crítico con la idea de sacar de la financiación pública algunas de ellas por un posible ahorro: "Las vacunas tienen que ser un derecho. Si las tienen que pagar los padres, los niños que no serán inmunizados serán aquellos que tengan un nivel socioeconómico menor".

"Son tan efectivas que mueren por su propio éxito"

æscaron;ltimamente surgen grupos antivacunas, especialmente activos en internet. Jodar advierte seriamente de las consecuencias para la salud pública si dejan de administrarse. "Las vacunas son tan efectivas que mueren por su propio éxito. Hay enfermedades que hemos erradicado y la gente pierde la memoria. Nadie se acuerda de que aquí hace 40 años había niños paralíticos por la polio o que morían de tosferina. En cambio, si hay un solo efecto adverso, sale en la prensa y empiezan los grupos antivacunas a generar ruido en internet", se lamenta. "Parece que es alguien como un llanero solitario que lucha contra las grandes empresas farmacéuticas o contra el Gobierno que quiere ocultar algo. Eso genera desconfianza entre los padres y produce a su vez que la cobertura vacunal baje".Cree que surgen porque "hay una percepción de que a una persona sana no le puede pasar nada y que se introduce algo extraño en el organismo". "Pero las consecuencias de no vacunar son muy graves para el niño y para la sociedad", porque son un freno de contagios.

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