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Ciencia & Salud

El difícil matrimonio entre la I+D+i y la empresa

La Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Ramón Areces alertan en un informe del divorcio entre la ciencia y el sector privado.

El difícil matrimonio entre la I+D+i y la empresa
El difícil matrimonio entre la I+D+i y la empresa

La universidad desconoce las demandas reales de las empresas". "Las empresas españolas integradas en el sistema de I+D+i son poco más de 12.000, cuando lo razonable sería que llegaran a 40.000" respecto a la capacidad económica del país. Son dos sentencias del informe que han presentado esta semana la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid (FUAM) y la Fundación Ramón Areces sobre la relación entre el sector privado y los centros que realizan investigación en España.

Las conclusiones del estudio son nefastas para todos los actores implicados. "Tenemos el desafío de evitar que la especulación, el fijarnos cada día en la prima de riesgo o si sube o baja la Bolsa, nos impida mirar los grandes retos", denunciaba Federico Mayor Zaragoza, presidente del comité científico de la Fundación Ramón Areces. "Debemos hacer pedagogía de lo importante que es el papel de la ciencia en los avances de la sociedad", recalcaba María Artola, directora general de la FUAM.

Y es que el diagnóstico que hacen los expertos señala a un matrimonio mal avenido. Los datos y conclusiones del estudio fueron elaborados a partir de un foro donde se reunieron directivos, científicos y responsables del sector público. Una cifra sirve para medir cómo se ve al paciente: un 75% de los consultados cree que el gasto público y privado es escaso, "muy por debajo de donde deberíamos estar", frente a un 5% que lo cree eficiente.

De hecho, España se encuentra entre los diez primeros países en producción científica, algo que no se traslada a nivel privado, ya que en materia de competitividad de las empresas ocupa el puesto 36, según el ranking The Global Competitiveness Report 2011-2012. Además, "el gasto público en I+D+i suele estar sometido a los vaivenes presupuestarios y sus mecanismos de gestión no son eficientes, las desgravaciones fiscales para empresas por inversión en I+D+i no son suficientes", se recoge en el documento. Si las universidades no conocen las demandas reales de la sociedad, las compañías "no están suficientemente mentalizadas de la necesidad y oportunidad de aumentar sus presupuestos en I+D+i". Un panorama bastante oscuro.

Además, alerta de la fuga de cerebros, que continúa. El 65% de los consultados considera que sí es un problema serio para España. "Ha habido una deslocalización muy importante del talento. Las grandes multinacionales tienden a contratar la investigación en sus países de origen", opina Mayor Zaragoza.

Estas entidades tampoco creen que la nueva Ley de la Ciencia, aprobada el pasado año, ayude a las carreras profesionales en este ámbito. "Es insuficiente", se recalca. "Su efectividad depende totalmente de las medidas de acompañamiento que se aplicarán, en su caso, en el futuro", se añade. "Por el momento se queda corta en lo relativo a facilitar la movilidad de investigadores entre el sector público y privado".

En el último estudio anual de Cotec se advertía de que por primera vez en 15 años la inversión española en I+D descendió en 2009, debido a los problemas económicos de las empresas para afrontar la crisis. Y el Cuadro de indicadores de inversión industrial en I+D, que publica la Comisión Europea anualmente, confirma la debilidad de las grandes empresas en esta inversión. Solo 25 compañías españolas se encuentran entre las 400 que más invierten en investigación en Europa. Y únicamente tres de ellas se sitúan entre las 100 primeras: Banco Santander (en la posición 26), Telefónica (32) y Amadeus (67). Y se muestra además una carencia en los sectores que más tiran de esta competitividad: las farmacéuticas y la biotecnología, las tecnologías de la información, los automóviles y los bienes de equipo electrónicos.

Aunque Mayor Zaragoza apunta asimismo la importancia de sumar a las pequeñas firmas. "Debemos dar facilidades sobre todo a las pymes, para que se beneficien de aplicar el conocimiento surgido de los centros de investigación". Y también considera como "absolutamente imprescindible" que surjan emprendedores que unan estos dos mundos divorciados, que entiendan de ciencia y tengan una mentalidad empresarial.

Tanto la Universidad Autónoma de Madrid como la Fundación Ramón Areces han querido ofrecer alguna solución para evitar el divorcio entre ciencia y empresa; por ello, ponen encima de la mesa una serie de propuestas recogidas en un decálogo.

La más básica, pero necesaria, es "una mayor inversión en investigación". Algo difícil si se tiene en cuenta que el nuevo Ejecutivo ha limitado el uso de 600 millones en las partidas de Ciencia y que no se espera que los próximos presupuestos sean precisamente generosos. Tampoco el ahogo financiero del sector privado parece llevar a un mayor gasto por su parte. "Los recortes en educación, salud y ciencia creo que son un error craso, un error que parece que se repite de nuevo en España", se queja Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco.

"La universidad, la empresa y las Administraciones públicas deben trabajar conjuntamente para que los beneficios de la investigación reviertan en la mejora de la sociedad", se recomienda. Y se aconseja que el sector público incentive a las empresas que suscriban acuerdos con las universidades, así como apoyar fiscalmente a las que apuesten por la innovación.

Se pide al sector privado que confíe a los científicos sus problemas estratégicos para tener un lugar en el mercado. También, que las compañías comprendan "la ventaja competitiva que supone la colaboración con la universidad" y el valor añadido que pueden incorporar a sus productos.

Pacto de Estado

El informe critica el papel de la universidad y la invita a ser "más proactiva" en cruzar ese espacio de confort que se puede respirar en los campus. Salir del laboratorio y de las aulas para ver lo que realmente necesita la sociedad. Como recomendación séptima y más importante, llaman a todos los agentes implicados y partidos políticos a un gran pacto de Estado.

También se pide revisar el marco legal para participar en un mayor intercambio y mejorar la fuga de talentos. "Las condiciones de trabajo son enormemente precarias, el tejido empresarial no tiene capacidad para contratar y hay poco reconocimiento a la figura y carrera del científico", recuerda Artola. Por último, se urge a fomentar "una mayor sensibilización del conjunto de la sociedad".

Medidas para las empresas

El informe aporta unas recomendaciones para el sector privado, según las opiniones vertidas en el encuentro de expertos, donde había representantes de empresas como Telefónica, Accenture o Repsol.

1. Las compañías deben apostar por la innovación y aumentar los recursos para la I+D+i.

2. Han de reconocer la ventaja competitiva que supone trabajar con la universidad, siendo imprescindible para diferenciarse de los competidores.

3. Deben percibir a estos centros educativos y de investigación como un laboratorio de I+D externalizado.

4. Tienen que crear infraestructuras que den facilidades para el desarrollo de la investigación aplicada.

5. Sería aconsejable potenciar, o crear, los departamentos de I+D.

6. Deben valorar la conveniencia de incorporar doctores a su plantilla.

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