El mensaje subliminal de los 'blogs'

Hace diez años los primeros blogs vieron la luz como simples diarios personales abiertos a los cibernautas. A medida que ha pasado el tiempo, estos diarios se han transformado y en ellos los bloggers abarcan temas diversos, que van desde historias personales, hasta artículos sobre religión, política, ciencia e incluso críticas a determinados productos o servicios que, a veces y sin que el lector se percate, constituyen una minúscula dosis de marketing indirecto.

La práctica es sencilla y sutil. Un pacto entre el blogger y una empresa basta para que éste incluya un par de letras a favor de ésta a cambio de determinadas ventajas, que en ocasiones no se mencionan en el blog y que transforman el artículo en una herramienta publicitaria. 'A mí no me gusta este tipo de comentario (comercial) porque se juega el prestigio el autor, y pone precio a su credibilidad', asegura Raúl Hernández, autor de un blog.

En EE UU esta práctica está en el punto de mira de las autoridades. La Comisión Federal de Comercio estadounidense considera que tipificar la publicidad en los blogs como delito es difícil, en vista de que 'cada información debe de ser analizada de forma individual para estimar si contiene un mensaje comercial o si desinforma, afecta o induce a la compra de un objeto'. Pero también advierte de que en caso de que exista un acuerdo con una empresa, debe de quedar claro en el comentario, a fin de advertir a los lectores y no incurrir en el delito de publicidad oculta.

En España el fenómeno aún no ha calado fuerte, pero hay quienes sospechan que existen comentarios patrocinados. 'Mucho me temo que en España se venden posts en blogs sin anunciarlo explícitamente', señala Julio Alonso, fundador de la página Weblog, quien asegura que ya ha detectado este modelo de mensajes en la red española.

Alonso comenta que en algunas ocasiones se ha enfrentado a este tipo de propuestas. 'Nos han dicho: '¿podemos alquilar un blogger para que hablen bien de nosotros en vuestra web?''. En su caso, declina este tipo de prácticas y sostiene que para llevarlas a cabo se debe de informar al lector sobre el patrocinio.

En cualquier caso, la publicidad oculta así en España 'en principio, no constituye un delito', explican desde Brigada de Investigación Tecnológica (BIT). Por su parte, el abogado Javier González Espadas, socio director del bufete L&E Abogados, considera difícil que se persiga al comentarista en vista de que esta práctica 'representa un conflicto de interés entre la libertad publicitaria y la libertad de expresión'.