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CincoSentidos

Viena aprende a ser Berlín

Viena sigue los pasos de Berlín. En lo futbolístico es evidente; el año pasado Alemania fue la sede del Mundial, y en 2008 Austria y Suiza lo serán de la Eurocopa. Pero es en el plano cultural y social, donde la sobria y amable capital austriaca más quiere parecerse a la juvenil y refulgente capital de Europa. Bares que venden ropa, pinchadiscos a dos pasos de los museos, y la arquitectura de Jean Nouvel son las enseñas de la nueva Viena.

Igual que los alemanes rompieron la norma sagrada de cerrar los domingos con ocasión del Mundial, los vieneses debaten la posibilidad de ampliar los horarios comerciales durante la próxima Eurocopa. La creatividad de algunas tiendas ya ha roto los límites del tiempo, y del ocio, como Mon Ami (Theobaldgasse, 9), que vende modelos únicos de ropa en una parte del local, pincha música electrónica en otra y sirve copas a los clientes más tranquilos en la tercera.

La música de baile también está presente los sábados al mediodía en el restaurante Naschmarkt Deli, en el céntrico mercado del mismo nombre. Festivales como el Urban Art Forms o el de la Isla (del Danubio) muestran el resurgir de este tipo de música tras unos años de desierto en la ciudad donde nació el Sónar, que ahora se celebra en Barcelona.

Una experiencia inolvidable es salir de marcha en las discotecas del Barrio de los Museos (Museums Quartier) con el paisaje del Mumok (Museo de Arte Moderno) y del Leopold Museum. Se trata de una antigua caballeriza que reúne arte, a semejanza de la Isla de los Museos berlinesa, un patio central con cafeterías donde los vieneses toman el sol en verano, y viviendas para jóvenes artistas, becados para periodos de seis meses.

La juventud confluye con la tradición en los Heuriger, mezcla de bodegas y restaurantes para degustar los vinos blancos, típicamente vieneses, y también los tintos. Rainer Christ es uno de los representantes de la nueva generación de viticultores vieneses.

El vino ácido, el vinagre, es una delicia que puede costar (y valer) 25 euros por botella en la bodega Gegenbauer, en el mercado Naschmarkt. Hay variedades hechas a partir de productos tan dispares como los espárragos o la grosella.

La ciudad quiere preservar su paisaje y ha prohibido los edificios altos en el centro, aunque en las afueras hay algunas construcciones más arriesgadas, como los gasómetros recuperados por Jean Nouvel como viviendas, cuyos residentes pueden salir en zapatillas al centro comercial de los pisos inferiores. Como si fuera Berlín.

Ir de Tiendas

El placer del cacao. Schokoladekönig (el chocolate del rey) es una tienda de botones reconvertida en paraíso de aficionados a los bombones. www.leschanz.at

Gorros hechos a mano. Lo tienen difícil al luchar contra la desusada tradición de cubrirse la cabeza, pero la casa vienesa Muehlbauer (Brechergasse, 15) pretende que el sombrero sea un accesorio más, 'y no un disfraz en sí mismo'.

Muebles. Diseños contemporáneos y retro, todos con la elegancia típica de Viena. En Das Möbel (www.dasmoebel.at) y en Lichterloh (www.lichterloh.com), respectivamente.

Tostadora de café. Los otomanos se dejaron una bolsa de café olvidada... y hasta ahora. Alt Wien tiene todas las variedades.

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