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Marcelino Iglesias, presidente de Aragón

"Seremos de los primeros en salir de la recesión"

Marcelino Iglesias Ricou, presidente de Aragón, nació en Bonansa (Huesca) el 16 de abril de 1951. Casado y con dos hijos, ha ido recorriendo los diversos estamentos de la vida local, provincial y autonómica. Primero fue alcalde de su localidad natal, luego presidente de la Diputación de Huesca y, desde agosto de 1999, preside el Gobierno de Aragón. Tras el sueño de la Expo, la crisis económica ha devuelto a la comunidad aragonesa a la dura realidad. Sin embargo, la transformación emprendida en los últimos años sigue su curso.

PREGUNTA. ¿Cómo está influyendo la crisis en la transformación de la economía aragonesa?

RESPUESTA. æpermil;sta es una crisis global y todos sufrimos su impacto. Estamos acabando un año muy difícil que sucede a la celebración de la Expo 2008 y al 2007, que fue espléndido. En Aragón, la crisis empezó un poco más tarde. Clausuramos la muestra internacional y, justo el día siguiente, se produjo la quiebra de Lehman Brothers, uno de los sucesos financieros más graves.

æpermil;sa fue, para nosotros, la irrupción brutal de la crisis, cuando en Europa llevaba ya instalada desde hacía un año. Luego sufrimos tres trimestres de crecimiento negativo y, en el último, Aragón, junto a la vecina Navarra, muestra ya unas cifras tímidamente positivas. Es un elemento diferencial que expresa una mayor fortaleza en relación a la media nacional.

P. ¿Puede hablarse ya de salida de la recesión?

R. Todavía seguirá habiendo muchos problemas, porque la crisis ha sido la más grave de la que el mundo ha conocido en décadas. Sin embargo, a finales de año, Aragón habrá salido, técnicamente, de la recesión, tras dos trimestres con crecimiento. A pesar de las dificultades, hemos podido constatar que la economía aragonesa ha demostrado una mayor resistencia frente a la crisis, que se expresa, no sólo en el acortamiento del periodo de recesión, sino también en la capacidad de crecimiento económico.

P. ¿Qué ocurre con el desempleo?

R. Esa es la primera de nuestras preocupaciones. En Aragón, el índice de paro es del 12%, frente a una media del 18% en España. Nuestro porcentaje se acerca al de países como Francia o Alemania, que se sitúan en torno al 10% y está más lejos de algunas comunidades autónomas, que superan el 20%. Con todo, debemos de luchar intensamente para que la lacra del desempleo se reduzca al mínimo.

P. ¿ A qué se debe que la economía aragonesa vaya mejor que el resto?

R. En 2005, pusimos enmarcha la Iniciativa Estratégica de Crecimiento, una herramienta que ha demostrado su eficacia para que la mejoría económica no fuera un suceso puntual, dependiente de una coyuntura, sino capaz de perdurar en el tiempo.

P. ¿En qué se han concretado las actuaciones para transformar la economía regional?

R. Aragón tenía el gran reto de vincular su economía al crecimiento de sus vecinos. Y eso no podía hacerse sin una buena red de comunicaciones. Al resolver ese problema, la comunidad constituye ahora el centro de un área con más de 20 millones de habitantes. Son consumidores que están, en alta velocidad, a algo más de una hora. Hemos pasado de la periferia al centro del desarrollo y ahora es cuando, realmente, podemos sacar partido de nuestra privilegiada ubicación estratégica. Disfrutamos de un espacio central sumamente atractivo.

P. ¿Cuáles son las fortalezas específicas de la autonomía para encarar el futuro?

R. Además de la posición geográfica central, disponemos de mucho espacio y de dos recursos estratégicos de futuro, agua y energía, que aquí son abundantes. Nuestro reto ahora es poner en valor ese potencial y sacarle el máximo partido.

P. ¿Sobre qué áreas se vertebra el desarrollo futuro de Aragón?

R. Ya venimos aplicando una estrategia cuyos objetivos son muy claros. En primer lugar, la diversificación de nuestra economía, excesivamente supeditada al sector de la automoción. En paralelo, entramos de lleno en un segmento de futuro, que son las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

El tercer objetivo se centra en el reforzamiento de la industria agroalimentaria , un sector tradicional en Aragón y que ha demostrado una gran resistencia frente a los impactos de la crisis. La cuarta de estas áreas de desarrollo está formada por las energías alternativas. La comunidad produce el doble de la energía que consume y estamos empeñados en fomentar que este recurso sea sostenible. En los últimos diez años hemos instalado más potencia eólica que en los cien anteriores.

A todo ello se añade el desarrollo de los proyectos de logística, que es una consecuencia natural de la posición estratégica y de su reforzamiento gracias a la red de comunicaciones. Estoy convencido de que espacio, agua y energía serán elementos muy importantes en el siglo XXI, incluso decisivos.

Tenemos instituciones punteras en investigación, dentro deWalqa, el Centro de Investigaciones de Recursos y Consumos Energéticos (Circe) o el propio Instituto Tecnológico de Aragón. Sobre estos caminos hemos trazado nuestra economía, para que sea sostenible y capaz de generar trabajo y riqueza en el futuro.

P. Aragón ha impulsado nuevas vías en el diseño normativo de las energías alternativas. ¿Está satisfecho con el tratamiento dispensado por parte del Gobierno central?

R. El éxito del cambio está supeditado a la estrecha colaboración entre todos los agentes que intervienen en el proceso, en el que también están la Administración central y las empresas. Yo creo que todo ha funcionado razonablemente bien. En mi opinión, el reto inmediato está en la biomasa y en la termosolar, porque son energías que hemos desarrollado muy poco y porque ofrecen elementos que, en nuestro caso, interesan mucho. El exceso de biomasa incentiva los incendios forestales y su recogida para transformarla en energía representa un doble beneficio.

Respecto a la energía termosolar, creo que las condiciones de las que disfrutamos favorecerían un desarrollo similar al que hemos alcanzado en el segmento eólico y, de hecho, existen varios proyectos muy interesantes en este ámbito. Nuestro objetivo es que, dentro de diez años, toda la energía que se consuma en la comunidad esté producida con sistemas sostenibles. æpermil;sta será la demostración práctica de que hemos sabido aprovechar las favorables condiciones ofrecidas por el territorio autonómico para la producción de estos recursos.

P. Figueruelas ha sido considerada por General Motors como la planta líder de la compañía y ahora, tras cancelarse la venta a Magna, vuelve a ser la propietaria. Hace un par de años se consiguió la adjudicación del nuevo Meriva, que empezará a producirse el año que viene. ¿Está asegurado el futuro de la fábrica?

R. Yo soy optimista, porque siempre preferimos que fuera General Motors quien se quedara con Opel frente a la opción de Magna y Alemania, cuyo objetivo era orientalizar la producción fundamentalmente hacia Rusia.

General Motors conoce bien Figueruelas, sabe que es su planta más productiva en Europa. El propio Nick Reilly, que es ahora el responsable europeo, me aseguró que están dispuestos a apostar por la fábrica.

Encaramos la negociación con un interlocutor que conoce directamente unas fortalezas que aMagna teníamos que explicárselas. Creo que, sobre el papel, la situación es bastante más ventajosa. Nosotros lo que queremos es un plan industrial con futuro y no una distribución productiva en función de intereses particulares de alemanes, austriacos o rusos, que era la batalla que teníamos antes. No podíamos aceptar planteamientos que penalizan a la planta más productiva para beneficiar a otras que lo eran menos.

P. Aragón se está convirtiendo en líder de las investigaciones sobre el hidrógeno...

R. El problema no es tanto producir energía sostenible como lograr almacenarla. En el polígono tecnológico Walqa, de Huesca, se está investigando la producción de hidrógeno como vector energético de futuro para la automoción. Creo que estas investigaciones serán decisivas para el futuro y que estamos ante un gran desafío tecnológico que va a influir mucho sobre el bienestar de los ciudadanos.

Habrá un nuevo tipo de coches, pero también un nuevo tipo de consumidores que los exigirán. Si sabemos hacer bien las cosas, la crisis será una gran oportunidad, porque nos obliga a investigar y nos saca del adocenamiento.

P. ¿Qué representa el turismo para la economía aragonesa?

R. El turismo se está aproximando ya al 8% de nuestra economía y, para calibrar su importancia, basta con decir que la automoción supone el 3%. Es un sector fundamental, porque nos ayuda a reequilibrar el territorio. Contamos con un segmento que puede funcionar en verano y en invierno, y esta mayor duración facilita una mayor rentabilización de las inversiones. Nuestro objetivo es una política rural que proporcione condiciones y oportunidades similares a las que se disfrutan en las ciudades.

Nosotros tenemos una gran especialidad, que es el turismo de la nieve, en el que hemos hecho un gran esfuerzo, porque estábamos obligados a ello. Nosotros carecemos de playas, pero contamos con muchos alicientes (nieve, cultura, naturaleza, etcétera) suficientes para atraer y convencer al visitante. De hecho, muchos de quienes nos visitan vuelven a hacerlo, porque la oferta les ha gustado.

Aprendiendo de la crisis

Marcelino Iglesias afirma: "Aragón ha demostrado su capacidad de aprender en las situaciones difíciles. En la crisis anterior, sufrimos el 20% de paro y ahora estamos en el 12%. Además, hemos acortado la duración, ya que somos de los primeros en salir de la recesión".El presidente aragonés dice que "la transformación que ha experimentado Aragón no ha sido una tarea fácil. Apostamos por una línea concreta y los resultados de la Iniciativa Estratégica de Crecimiento nos han dado la razón. Tenemos autonomías que sufren hasta el 25% de paro y alguna vecina está en el 22%. Además, nosotros teníamos el riesgo de caer en lo que se conoce como la depresión posgrandes eventos y, muy al contrario, la comunidad ha demostrado su capacidad de reacción".Para Iglesias, "todavía quedan muchos problemas por resolver, pero creo que hemos construido una buena base. Aragón está muy bien posicionada en sectores de futuro, como las tecnologías de la comunicación o las energías limpias, y cuenta con una buena red de comunicaciones para aprovechar y reforzar su posición estratégica. Y también participamos en proyectos europeos y la categoría de nuestros equipos de investigación goza de un reconocimiento generalizado. Cualquiera que vuelva la vista atrás deberá reconocer que se han producido avances considerables. Esta circunstancia debe ser un acicate para seguir trabajando más intensamente en la misma línea".

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