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Deportes

Misión en Turquía: revalidar el oro

La celebración del Mundial de baloncesto supondrá una inyección de 160 millones en la economía turca

La selección española de baloncesto parte a Turquía con una misión oficial, la de luchar por las medallas, y con otra extraoficial, demostrar al mundo que los logros conseguidos por La Roja de baloncesto en los últimos diez años, incluido el oro del 2006, son el resultado del juego en equipo y no la calidad excepcional de algunos de sus jugadores.

Así, el equipo español, que inicia frente a Francia su andadura en este Mundial este sábado a las 21.30 (hora turca) en Esmirna, se afanará por hacer frente a las bajas de Pau Gasol, que decidió no asistir a la convocatoria para darse un descanso después de conseguir su segundo anillo con Los Angeles Lakers, y el jugador de los Toronto Raptors José Manuel Calderón, que se lesionó en el partido amistoso jugado el domingo pasado ante Estados Unidos y ha sido sustituido por el base Raúl López, del Khimki.

En la fase preliminar Francia será precisamente uno de los rivales más difíciles del cinco español, así como Lituania, sobre la que el equipo dirigido por Sergio Scariolo se impuso por 97-76 y 94-75 en los partidos de preparación.

Al descarte del jugador de EE UU Rajon Rondo se une la lesión de Calderón

Una vez solventada la primera fase el rival más peligroso para el conjunto español, y la selección favorita para ganar el Mundial, es Estados Unidos. A pesar de que los aficionados que se trasladan a Turquía no podrán disfrutar de las canastas de las grandes estrellas de la NBA, los jugadores que forman el combinado estadounidense tienen un altísimo nivel. Entre ellos, destacan Kevint Durant (máximo anotador de la temporada en la NBA con Oklahoma City Thunder), Lamar Odom (compañero de Pau Gasol en Los Angeles Lakers), o Chauncey Billups (el veterano base de los Denver Nuggets), tras el descarte de Rajon Rondo.

Escenarios de lujo

Además de Esmirna, las ciudades que acogerán los partidos del Mundial son la capital Ankara, la cosmopolita Estambul y la localidad industrial de Kayseri. Para la ocasión, los turcos han invertido 80 millones de euros en renovar y construir las instalaciones que albergarán estos encuentros, entre las que destaca la construcción del estadio Ankara Arena, en la capital turca. Según los datos ofrecidos por el presidente de la Federación Turca de Baloncesto, Turgay Demirel, el país recibirá con motivo del Mundial 200.000 visitantes -la mitad, extranjeros-, que generarán una corriente de ingresos de 160 millones de euros. De hecho, la prensa turca informa de que los hoteles de las ciudades donde se disputarán los encuentros tienen un 100% de ocupación y se han vendido alrededor del 80% de las entradas puestas a la venta. El principal patrocinador es la marca turca de electrodomésticos Beko, propiedad del holding Koç.

La final, que tendrá lugar el 12 de septiembre, coincidirá con la celebración por el fin de Ramadán, una de las más importantes del calendario turco y cuando la ciudad de Estambul se encuentra literalmente abarrotada. El ambiente festivo está asegurado.

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