Batalla legal en la Tierra Media

Hace 40 años J. R. R. Tolkien vendió los derechos cinematográficos de su obra El señor de los anillos por un 7,5% de los ingresos futuros que éstos generasen. Los tres filmes producidos hasta la fecha han recaudado algo más de 4.000 millones de euros. Sin embargo, los herederos del escritor aseguran que la todopoderosa Time Warner no les ha pagado ni un céntimo.

Los métodos de contabilidad usados por New Line Cinema, la división de Time Warner que produjo las películas, serán examinados en octubre ante un jurado, como consecuencia de la demanda que la familia Tolkien ha interpuesto ante el Tribunal Superior de Los Ángeles. El caso, de no haberse resuelto para entonces, quizá ofrezca un atisbo de los métodos de contabilidad que han permitido a Time Warner denegar a los herederos de Tolkien los suculentos ingresos de las cintas. El litigio amenaza con descarrilar dos filmes de la serie El hobbit, que a juzgar por sus predecesores, podrían obtener una recaudación de casi 3.000 millones de euros.

"Normalmente no se trata de un robo descarado por parte de los estudios, sino de muerte por contrato", explica Pierce O'Donnell, un abogado de Los Ángeles que representó con éxito al columnista Art Buchwald en un pleito contra Paramount Pictures en 1988. "Es un mundo esotérico, donde negro no quiere decir negro, y blanco no quiere decir necesariamente blanco".

La familia de Tolkien y la entidad benéfica británica que dirige -el Fideicomiso Tolkien- piden más de 155 millones de euros de indemnización, según Bonnie Eskenazi, abogada de Greenberg Glusker, el bufete de Los Ángeles que representa a los herederos. Los Tolkien quieren, además, la opción de revocar los derechos futuros sobre las obras del autor, tal y como el contrato original les permite hacer en caso de incumplimiento, según se sostiene en la demanda. La editorial HarperCollins Publishers, tenedora de los derechos de publicación de Tolkien, figura también entre los demandantes.

Un posible acuerdo

Las partes han tenido conversaciones sobre un posible acuerdo de transacción, señala Eskenazi, pero siguen teniendo grandes diferencias, por lo que parece probable que el caso llegue a juicio. "De procesarse este caso hasta el fin, confiamos en que New Line pierda el derecho a exhibir El hobbit", aseveró Eskenazi en una entrevista. Time Warner, que se ha negado a hacer declaraciones, ha pedido a la jueza Ann I. Jones que rechace el argumento de los herederos. Tanto Warner como Metro-Goldwyn-Mayer están colaborando en la producción de los nuevos filmes. La Metro tiene los derechos de distribución internacional mediante su titularidad de United Artists, que concertó el trato original con Tolkien y más tarde vendió los derechos de producción que acabaron en manos de New Line.

Las obras de Tolkien tienen un historial de pleitos en los tribunales. Peter Jackson, que dirigió los tres filmes de la saga de los anillos, demandó a New Line en 2005 con el argumento de que el estudio había subestimado los ingresos que le correspondían de la primera película. La demanda se resolvió extrajudicialmente en 2007 por una suma no revelada. Jackson está en trámites de preproducción en Wellington, capital de Nueva Zelanda, para los dos filmes de El hobbit. El productor Saul Zaentz, que en el pasado poseyó los derechos cinematográficos de El Señor de los anillos, también demandó a New Line por su parte de los ingresos y llegó a un acuerdo de transacción en el 2005 por 237 millones.

Los tres filmes basados en la épica imaginaria del escritor católico de origen sudafricano -El señor de los anillos: La hermandad del anillo (2001); El señor de los anillos: Las dos torres, (2002) y El señor de los anillos: El regreso del rey (2003)- han producido un importe de venta de taquillas mundial de algo más de 2.000 millones, y otros 2.000 por venta de discos DVD y otros tipos de mercancía.