_
_
_
_
_
Sostenibilidad

Llegar a la cumbre de México con las heridas restañadas

El semestre español pujará por devolver la confianza rota en Copenhague y ofrecer a inversores y empresas un horizonte claro hacia la sostenibilidad.

Copenhague dejó a empresas e inversores sin el horizonte político claro que pedían. Ya casi nadie en el sector privado duda de que el futuro pasa por la sostenibilidad, una baza clave, ya que el cambio hacia un modelo económico y, en concreto, energético menos dependiente de la quema de combustibles fósiles necesita la inversión privada para materializarse.

Centenares de empresas y gabinetes de consultoría acudieron a la cita climática más esperada de la historia para escuchar el pistoletazo de salida hacia ese nuevo horizonte más verde y próspero. Sólo hubo silencio, si acaso el balbuceo de un acuerdo de tres páginas ni vinculante ni ambicioso. El texto no contenía cifras de reducción de gases de efecto invernadero ni un esquema de trabajo para el futuro.

Se esperaba que la Unión Europea, adalid del nuevo modelo y firmante de grandilocuentes y ambiciosos objetivos medioambientales, no pudiese evitar el golpe. China y Estados Unidos le tomaron la delantera y le arrebataron la palabra. A ello se unió la quiebra en la unidad de los países en desarrollo. En definitiva, "hubo una gran tensión, marcada por la desconfianza", explica una fuente española cercana a las negociaciones.

La UE quedó muy tocada. Sólo tuvo margen para recordar que su objetivo es la reducción del 20% de sus emisiones de forma unilateral. La zanahoria de subir la apuesta al 30% si el resto de países le siguen no funcionó. Precisamente, la cifra del 20% es la que ha sido comunicada a la ONU esta semana. Este organismo, paraguas de las negociaciones, ha renunciado al plazo del 31 de enero para que los 192 países hicieran llegar sus planes de reducción de emisiones. Ayer, sólo una treintena había cumplido. Las empresas "salimos muy decepcionadas, esperábamos un horizonte claro de aquí a 2020 o 2050, para tener estabilidad sobre las inversiones", asegura una empresa energética.

El semestre de presidencia española debe servir, según este esquema, "para restañar las heridas y devolver la confianza en el proceso", según fuentes de la presidencia española. Esa es la gran prioridad si se quiere llegar a la cumbre sobre el clima de México, este año, con alguna posibilidad de obtener un marco más claro. No se trata sólo de firmar un documento que plasme el objetivo de reducción de emisiones, sino de crear el tejido normativo necesario para que inversores y empresas se pongan manos a la obra. En este sentido, los Veintisiete no han variado su postura. La UE mantiene el objetivo del "20-20-20": 20% de energías renovables, 20% de eficiencia energética y 20% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2020.

Tareas pendientes

La ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, expuso esta semana en Bruselas la clave para avanzar: la creación de un paquete de energía y cambio climático. "No sólo se trata de la inversión en renovables, que todos tenemos claro que es necesaria, sino de articular redes de transporte de energía, interconexiones, mucho más desarrolladas", explican desde Endesa. El principal problema de las renovables sigue siendo el transporte de la electricidad que generan. Gran parte de su carga se pierde en su recorrido por la red. Luego, se trata de invertir en tecnología e investigación para garantizar estabilidad en este sector que, además, corrija las deficiencias de las islas energéticas como España, dependiente del exterior.

Otra tarea de estos seis meses será empujar hacia la materialización de un mercado único de carbono, no ya dentro de la UE, donde ya existe, sino en un marco global. Al margen de experiencias aisladas en California o Australia, aún no hay un esquema único, "que sería mucho más claro y predecible", apuntan en Endesa. El empuje al desarrollo del coche eléctrico completa el círculo de prioridades para estos seis meses.

Arranca el proyecto del Plan Solar Mediterráneo

La idea fue lanzada por el hiperactivo presidente francés, Nicolas Sarkozy. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, recogió el testigo y así se ha puesto en marcha el Plan Solar Mediterráneo, un proyecto de inversión en energías renovables en los países del norte de África.Esta semana, en El Cairo, empezó a andar el gigantesco proyecto. Universidades, empresas e instituciones de la Unión Europea se reunieron para fortalecer su cooperación en materia científica. Entre los campos de investigación figuran las energías renovables. "La UE tiene un enorme interés en toda el área mediterránea", explicó a Efe el director general de investigación de la Unión Europea, José Manuel Rodríguez Silva.La Comisión Europea quiere reunir a las plataformas tecnológicas europeas y egipcias para tratar temas como la agricultura o la energía. El objetivo es potabilizar agua mediante energía solar.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_