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Tendencias

Invertir hoy para anticiparse al futuro

Las empresas españolas hacen un esfuerzo inversor para apuntalar el despegue de la tecnología nacional en energías renovables.

En las apuestas empresariales cuenta, sobre todo, el largo plazo. En las energías renovables no es distinto. Ahora bien, ese margen de tiempo debe dedicarse a invertir en aquello que mayor valor añadido aporte a la actividad, en el caso de las energías limpias, la I+D tecnológica. Las empresas españolas no quieren perder el tren de la vanguardia en tecnología, conscientes de que será clave para seguir entre los primeros de la fila.

España es líder en energía eólica, pero el viento está cambiando de rumbo con la llegada de la eólica marina. Aunque las costas españolas no albergarán molinos de viento sobre sus aguas hasta, al menos, 2016, la inversión en I+D resulta crucial para ganarse un hueco en los parques del Mar del Norte, talismán del sector para los próximos veinte años.

Iberdrola Renovables ha entrado en esa tarta de la mano de su filial Scottish Power, pero ahora se ha asociado a Acciona Energía, Alstom Wind, Acciona Windpower y a 22 centros de investigación para desarrollar un aerogenerador marino gigante, que alcance 15 MW de potencia, con tecnología 100% nacional. Al estar alejados de núcleos de población, los molinos de viento sobre el agua pueden ser de mayores dimensiones que los aerogeneradores en tierra.

En dicho proyecto, bautizado como Azimut y financiado por estas compañías y por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), se quiere "diseñar soluciones tecnológicas que permitan construir máquinas más grandes, si el mercado las pide", explica Mauro Villanueva, director de desarrollo tecnológico de Gamesa, empresa que coordina el proyecto. Porque la eólica marina avanza aún a ciegas, como recién llegada al sector de las renovables, y todavía es pronto para saber qué tipo de molinos marcarán el paso a medio plazo.

En total, Azimut requerirá una inversión de 23 millones de euros. Gamesa se dedicará a la captura de energía eólica marina; Acciona Windpower se centrará en las tecnologías de conversión de la energía eléctrica; Alstom Wind, en las estructuras y subestructuras marinas; Acciona Energía, en la construcción, operación y mantenimiento de enclaves offshore, e Iberdrola Renovables se ocupará de la integración de la eólica offshore en el sistema eléctrico. Estas compañías esperan alumbrar un nuevo aerogenerador en 2013, "aunque no será hasta dentro de cinco o seis años cuando podamos darle salida comercial", añade Villanueva en referencia a los términos del acuerdo con el CDTI.

Energía a partir de las olas

Las posibilidades que ofrece el mar van más allá de los molinos de viento. El futuro también augura el uso de diques que reciban la fuerza de las olas y generen energía a partir de ellas. En ello trabaja desde hace una década la compañía gallega Norvento. La empresa ha resultado una de las mayores adjudicatarias en el concurso gallego eólico que la Xunta resolvió la semana pasada. La compañía, que se ha asociado con Caixa Galicia para el desarrollo de los parques, ha ganado 303 MW de los 2.325 MW abiertos a la puja. Norvento asociará los molinos de viento al aprovechamiento de las olas para la generación eléctrica.

Pero este último es un sector que aún balbucea y del que solo ha existido una serie de prototipos experimentales en Portugal, en el año 2008, hasta que la crisis se los llevara por delante ese mismo año. "Nos interesa porque damos mucha importancia a la inversión en I+D y vimos que este era un segmento de negocio nuevo, con futuro", explica Gerardo López, director de energía hidroeléctrica marina de Norvento.

Existen cinco formas de obtener energía eléctrica del mar: mediante las mareas, las olas, las corrientes marinas, por diferencia de temperatura del agua y por el grado de salinidad. "En Galicia los temporales generan muchas olas, la costa ofrece muchas posibilidades", añade López. Para que estas crestas marinas de espuma blanca se conviertan en electricidad al otro lado del enchufe, se necesita su movimiento. Por ahora, el método que privilegian las compañías es posicionar una boya que, al moverse, transmite energía mecánica a un generador que a su vez la convierte en eléctrica. Un cable submarino transporta esa corriente a la costa, desde donde la energía eléctrica se conecta a la red.

Norvento prevé que el aprovechamiento de las olas para la generación de electricidad se pueda comercializar en una década, aunque no quiere precisar su inversión en I+D en este sector, "por estrategia", aseguran desde la compañía.

La batalla por la fotovoltaica

El sol también participa del impulso inversor en tecnología. Saft, líder mundial en la fabricación de baterías, dedica dos líneas de trabajo al desarrollo de baterías para el almacenamiento de energía solar, el caballo de batalla del sector y de la red eléctrica en España. De momento no existe el modo de almacenar energía renovable a gran escala, un problema para la estabilidad del sistema eléctrico cuando recibe excedente de energía.

Saft ha firmado un acuerdo con Acciona para construir baterías del tamaño de un contenedor de un megavatio de capacidad y seis metros de altura, que servirán para "estabilizar la red eléctrica", explica Pedro Sánchez, director comercial de Saft en España. El primer prototipo de esta batería gigante se instalará en Andalucía en 2011.

Energía solar en exclusiva para el coche eléctrico

El vehículo eléctrico solo será limpio si su motor se nutre de energías renovables. El Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de La Rioja decidió hace dos años apostar por la energía solar como única fuente de alimentación del que entonces solo era un proyecto industrial balbuciente.Este organismo buscó financiación en la Unión Europea para desplegar cinco puntos piloto de recarga eléctrica que eliminaran las emisiones contaminantes. Así, se optó por la energía solar para impulsar el despliegue progresivo de coches eléctricos como medio alternativo de movilidad urbana. Entonces el coche sin combustibles fósiles era solo un "prototipo", según Susana Lacalzada, responsable del proyecto.Los cinco puntos de recarga estarán operativos en año y medio y su uso será gratuito hasta 2013, coincidiendo con el periodo de vigencia del proyecto.El plan tiene un coste de 2,5 millones de euros, que se financiarán al 50% por la Unión Europea y por la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Zaragoza, la Fundación San Valero, el Ministerio de Medio Ambiente de Austria y la empresa Europa, Innovación y Desarrollo.

Biodiésel a partir de restos de alimentos

La generación de biodiésel y de biogás presenta ventajas de aprovechamiento energético y un problema que los ha hecho poco amigos de la opinión pública: el uso de cultivos para su generación.Ahora, un proyecto europeo ha dado un paso más hacia la generación de energía sin emplear materias primas. El centro tecnológico Ainia se ha asociado a las empresas Bionorte, Biogas Fuel Cell y Cidaut para la creación de la primera planta de producción de biodiésel y de biogás en España a partir de residuos orgánicos.El proyecto Integral-b, cofinanciado por la Unión Europea, ha desarrollado un sistema que genera combustible a partir de residuos orgánicos como aceites vegetales o restos de comida de hoteles, restaurantes, hogares, cultivos, etcétera.La planta se inaugurará la semana próxima en Asturias, sede de Bionorte. Los responsables de la investigación se han apoyado para el desarrollo del proyecto en la normativa europea sobre tratamiento de residuos orgánicos, que se trasladará a la legislación española el próximo año y que obliga a un procesamiento determinado. Los miembros de la plataforma se han inspirado en experiencias similares que se están realizando en Alemania.

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