"El sistema educativo en España es un fracaso"

Es insultantemente joven para ser cofundador y consejero delegado de una empresa que quiere facturar 10 millones de euros en 2010, el doble que el año anterior. Zaryn Dentzel (Santa Bárbara, EE UU) tiene 26 años y lleva casi cuatro al mando de Tuenti, la red social made in Spain y rival de Facebook. Es el ejemplo del universitario que desde un garaje crea una empresa de éxito. Pero en este caso su local no estaba en Silicon Valley, sino en un despachito del madrileño paseo de la Castellana, donde comenzó hace cuatro años.

¿Se imaginaba en algún momento de su vida que iba a crear y dirigir una empresa como ésta?

Nunca he tenido ni idea, ni plan, ni sabía cómo iba a ser la empresa cuando empezamos. Yo siempre me he visto como una persona de producto. Pero ahora ves todo esto y dices: ¡trabajo con toda esta gente! Y ves a empleados que no conoces y antes eso no pasaba, pero es que crecemos a un ritmo alto.

¿Cómo es su día a día de gestión?

No me gusta estar fuera ni dar conferencias, me gusta estar en la ofi. Lo importante es estar con la gente. Quiero participar en fijar objetivos y luego comunicarlos. Sin embargo, tenía temporadas en las que pensaba, cuando estábamos creciendo, que tenía que estar más en el día a día, pero ya me centro en los objetivos.

¿Piensa en el Tuenti del futuro?

Estamos lanzando constantemente productos. Acabamos de presentar Tuenti Sitios, que es una apuesta a muy largo plazo para nosotros. Hemos lanzado novedades en el área móvil. La gente va a utilizar más el móvil que la web. Además, Tuenti tiene que ser algo que la gente necesite utilizar todos los días porque su proceso de descubrir, consumir y compartir servicios o experiencias sea mejor. Es decir, que Tuenti consiga llevar el mundo offline al online, llevar todos los sitios, todos los servicios, todas las cosas que consumes y, además, ayude a dar un contexto social a todo lo que haces hoy en el mundo real.

¿Qué buscan de sus socios financieros?

Cualquier emprendedor, primero, tiene que tener dinero, más todavía si nuestra prioridad no es monetizar la compañía, sino que crezca. El objetivo de que en el futuro se va a crear mucho dinero, pero que hoy la prioridad sea crecer, cuesta dinero. Hemos tenido que adelantar bastantes recursos de fuera. Pero aparte de un socio financiero, lo que hemos buscado es gente que nos entienda, que no tenga una necesidad de resultados a corto plazo, que comprenda que es una apuesta a largo plazo, que hay que invertir en la empresa, hay que crear un equipo y hay que tener paciencia. En internet crece todo muy rápido, pero también las cosas pueden tardar años. Tuenti tiene un respaldo financiero de gente que nos entiende y tiene paciencia, además de aportar valor y conexiones importantes.

¿En cuánto está valorada Tuenti?

Es complicado. Nuestra valoración se sabrá cuando hagamos nuestra salida a Bolsa. Llegará cuando estemos listos, pero tenemos muchas cosas que hacer antes. De momento, tenemos una solidez financiera muy importante y recursos propios para el largo plazo. Menos mal que estamos haciendo ingresos, porque son muchos sueldos.

120 empleados, 60% de españoles, 15 nacionalidades y una media de 26 años. ¿Les cuesta encontrar españoles?

Sí cuesta. España tiene un problema enorme en incorporar gente técnica. Lo está haciendo muy mal. España tiene gente increíble, los que encontramos y contratamos son personas que se han formado a sí mismas. El sistema educativo español es un fracaso, no funciona, está roto en el área de tecnología. Buscamos fuera todo tipo de ingenieros.

¿Y es fácil atraerlos?

Es difícil traer a Madrid a alguien que no hable español. También hay dificultades con los impuestos, porque es muy complicado lo que tiene que ver con el incentivo de opciones sobre acciones. No hay una cultura emprendedora, sino de empleado con un horario fijo.

¿Han tenido que subir mucho la compensación económica con respecto al mercado español?

Madrid es muy caro. Pagamos más que otras empresas, pero también porque apreciamos mucho a nuestros ingenieros, les cuidamos, son el corazón de la empresa, esto es una compañía tecnológica y eso lo tenemos muy claro.

¿Han pensado quitar la necesidad de invitación para usar Tuenti?

Lo hemos pensado, pero la invitación permite que todos los nuevos usuarios vengan de nosotros, de otros usuarios. Es decir, que todo el mundo está ahí por alguien y no hay perfiles de gente falsa. Esto hace de Tuenti una de las redes más seguras de todo el mundo, por ser privada y por invitación. Si lo abrimos, vamos a crecer mucho más rápido, lo tengo claro, pero como seguimos creciendo muchísimo, no tenemos la necesidad. La cuestión sería poder plantear el mismo nivel de seguridad y privacidad de los usuarios, entonces lo consideraríamos. En internet es muy importante tener un objetivo, saber quién eres. Queremos ser el número uno en España, ser el servicio que todo el mundo tiene que usar todos los días para consumir mejor, compartir, descubrir información, servicios y experiencias a través de nosotros. No quiero hacer esto en España, en Perú y en EE UU a la vez. Quiero hacerlo bien aquí y después podremos ir a otras partes.

¿Qué le falta a las empresas españolas de internet?

No es un problema de número, sino de emprendedores, del Gobierno y de nuevas ideas. España necesita más semillas, más crecimiento. No es una cuestión de si las empresas viejas van a hacerlo, no estoy preocupado por ellas, que ya tienen sus dividendos. Hay que lanzar cosas nuevas. España tiene que abrazar con todo el cariño posible la tecnología.

¿Y desde el emprendedor?

Lo primero que se tiene que hacer es parar de doblar las películas para que todo el mundo hable mejor inglés. Ya verías como en cinco años el nivel de inglés iba a subir muchísimo. Luego hay que cambiar el sistema educativo para empoderar a las personas, para decir a la gente que cuando sea mayor no debes ser funcionario, debes ser emprendedor, ser lo que tú quieras. Quitar esa idea de la preocupación de fallar, de riesgo, de hacerlo mal. En las casas en España hay millones de padres y abuelas diciéndoles a los hijos y nietos: "Búscate algo bueno y seguro". Con la crisis la gente siente que hay que ir a lo seguro, y yo creo que es al revés. Hay que crear una cultura donde fallar no esté mal visto. ¿Pero qué ves en vez de eso? Ves la cultura de empresas grandes, de que los dueños de empresas son viejos y señoriales. Toda la ley de convenios, de protección a los trabajadores, de los sueldos, de la Seguridad Social, de los altos impuestos, hacen que sea mucho más fácil que las personas sean empleados y no dueños. ¿Qué ocurre? Acabas teniendo los dueños, por un lado, y los empleados, por otro. Y es una línea que no se cruza. Hay que romper esa línea. Hay que tener más gente que sea dueña de sus propias compañías.