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EmpleoyDirectivos

Los mediadores

Álex Rovira, Juan Mateo y Mario Alonso Puig se unen para ayudar a las empresas a resolver conflictos por medio de la ciencia, la psicología y la comunicación.

Se mezcla una dosis de medicina, la misma proporción de psicología y otro tanto de habilidades negociadoras, y el cóctel que se obtiene puede resultar impactante. Y novedoso. Para ello se han unido tres reconocidos expertos de la gestión, que serán los encargados de agitar la coctelera y la conciencia dentro de las empresas. Un trío de ases: Álex Rovira, escritor y coautor de La buena suerte; Mario Alonso, médico, y el consultor Juan Mateo. Han creado la consultora Logra, atendiendo una demanda de las grandes empresas que necesitan de una formación introspectiva, exigente y multidisciplinar. En momentos de incertidumbre, las organizaciones se preguntan: ¿cómo liderar? Parecen tener la respuesta, combinando el rigor de la medicina, la psicología y las herramientas de comunicación. Los tres han compartido un almuerzo con CincoDías para debatir sobre esta nueva práctica formativa y sobre qué inquieta a los ejecutivos.

¿Qué tiene de novedoso este modelo formativo?

Mario Alonso Puig. Una parte se basa en los modelos mentales, una forma diferente de observar la realidad y que nos ayuda a cruzar el umbral de lo conocido. Lo importante es saber cómo generamos los límites que nos impiden llegar a nuevas oportunidades. Existe una fase de descubrimiento, donde se trabaja para descubrir lo que cubre y acceder a ese mundo de oportunidades que está pero que no lo vemos. El siguiente paso es la inspiración, contemplar elementos que se escapaban. Aquí entra en juego la fuerza del corazón, que es el que abre la cabeza. Después viene la resolución, que es el firme compromiso de que, descubierto lo que se ha descubierto y siendo tan inspirador, se compromete a alcanzar la realidad, abriendo la mente. Aquí hay que ponerse en marcha desde distintos ángulos, como un tigre que tiene que hacer hasta 10 intentos para cazar una presa.

Álex Rovira. A mí me toca el apartado de psicología, que es la disciplina que crea la economía, donde se pone de manifiesto la calidad humana de los miembros que integran un sistema. El entusiasmo se contagia, la depresión también. La introspección estructura la personalidad y esto repercute en la resolución de conflictos, de negociación. Existe una vinculación entre la psicología y la economía, de manera que lo que crees es lo que creas, y una estructura de base ayuda a comprender al ser humano. Por ejemplo, una persona es empática social y la de al lado es analítica, introvertida; pero con experiencia la gente puede ensayar otra manera de actuar. Dentro de una empresa es indicativo observar cómo andan las personas, si se permite tener objetos personalizados o no, el tipo de mandos que se tienen. Todo ello ayuda a entender a las personas. Realizar un autodiagnóstico permite saber de qué tipo son y a qué cultura pertenecen. De manera inconsciente todos tenemos la información pero nadie ha reflexionado sobre ello.

Álex Rovira. A mí me toca el apartado de psicología, que es la disciplina que crea la economía, donde se pone de manifiesto la calidad humana de los miembros que integran un sistema. El entusiasmo se contagia, la depresión también. La introspección estructura la personalidad y esto repercute en la resolución de conflictos, de negociación. Existe una vinculación entre la psicología y la economía, de manera que lo que crees es lo que creas, y una estructura de base ayuda a comprender al ser humano. Por ejemplo, una persona es empática social y la de al lado es analítica, introvertida; pero con experiencia la gente puede ensayar otra manera de actuar. Dentro de una empresa es indicativo observar cómo andan las personas, si se permite tener objetos personalizados o no, el tipo de mandos que se tienen. Todo ello ayuda a entender a las personas. Realizar un autodiagnóstico permite saber de qué tipo son y a qué cultura pertenecen. De manera inconsciente todos tenemos la información pero nadie ha reflexionado sobre ello.

¿Cómo se traslada al mundo de la gestión?

Á. R. Con la ayuda del componente humano. Tomando como herramienta tu propio ser, como potencial, como talento, de manera que se pueda tomar conciencia de todos los impulsores que se tienen para vivir.

M. A. P. Todo esto está dirigido al ser humano, no al cargo. Lo importante son las personas. Hay que llegar al corazón de éstas para lograr grandes transformaciones. El amor al servicio de la inteligencia. Las empresas deben buscar lugares donde generen valor de forma conjunta.

Juan Mateo. Uno no tiene lo que se merece, tiene lo que negocia. En un mundo con dificultades, plagado de conflictos, es importante negociar. Y es bueno saber por qué se producen los conflictos. Lo bueno es no estar de acuerdo y resolverlo. Hay que conducirlo todo al terreno del acuerdo. Los conflictos no son malos, son buenos. Es un acicate tener enfrente a alguien que nos diga que no, y lo bueno es saber gestionar esa negativa. Se trata de convertir el conflicto negativo en positivo. Para saber por qué suceden los conflictos es necesario haber entendido el comportamiento humano y su base científica. Para afrontar un conflicto a través de la negociación se requiere de metodología. Cuando se llega a un acuerdo hay que intentar sacar lo mejor de cada persona. En una empresa diversa es necesario construir respetando las individualidades.

M. A. P. En la vida tenemos que tener puntos de referencia, como los faros en la niebla, y ver cómo se pasa de una experiencia negativa a algo alucinante.

Al final es una búsqueda de la felicidad.

J. M. ¿Cómo es posible que la felicidad no se estudie en la universidad? Se puede tener técnica para afrontar cualquier proyecto pero al final es el conocimiento humano el que puede ser un aliado o un enemigo. Es el elemento definitivo de un proyecto empresarial. Si supiéramos la cantidad de errores que evitaríamos siendo conscientes de este tipo de cosas.

Á. R. Se trata de decir cómo ganamos juntos, no cuánto te voy a sacar. Es el ejemplo de Vicente del Bosque, que ha sacado lo mejor del equipo y juntos han ganado.

J. M. O de Ferran Adrià, que sabe crear equipo y muestra una gran generosidad. Hay que decir: tengo las herramientas que pueden transformar y crear una organización diferente, si entiendo las cosas que hacen los demás.

¿Los directivos no ven estos matices?

Á. R. El cambio puede venir por convicción o por compulsión. Por convicción debería ser obligatorio pero solo lo hace una minoría, aunque cada vez son más. Todos estos temas son una asignatura pendiente dentro del management. Hay brotes verdes, la siembra pasa por la creación de un nuevo paradigma de creación y de relación humana. Es importante crear la cultura del logro, a partir de la confianza y el compromiso de su gente. Cada vez más directivos jóvenes están abiertos a este tipo de planteamientos.

Pero cuesta cambiar.

A. R. Hace 10 años no habría cuajado. En el mundo del deporte, que es bastante visible socialmente, no se habla de si un entrenador es bueno, sino de si genera confianza. Se gana porque se cree que se puede ganar, y porque con pasión y afecto se logra. Si trabajo mi psique, mi calidad humana, tendré mayor capacidad de entenderme. Es muy importante la superposición de talentos, no los talentos aislados.

¿Qué preocupa a los ejecutivos?

M. A. P. Hace poco estuve con un comité de dirección del sector automóvil, donde casi todos eran ingenieros industriales, y habían tenido unas pérdidas del 34%. Les pregunté si aunando todo el potencial que tenían saldrían de la crisis. Me dijeron que no tenían ninguna duda, pero que no sabían cómo hacerlo. Se trata de aunar corazones, voluntades.

J. M. En definitiva, de ejercer el liderazgo. A mí me ha sucedido que cuando he planteado a algún director general este tipo de acciones formativas, la respuesta era que no tocaba. Ahora se dan cuenta de lo contrario. Ni la tecnología ni nada nos sacará de esto, solo el ser humano.

Á. R. A muchos, cuando se les pregunta qué os une, no lo saben. Hay que salir reforzados, unidos y reinventados, siendo más eficientes en costes y en creatividad. Se requiere de compromiso, de saber gestionar la excelencia.

¿Cómo se traslada al mundo de la gestión?

Á. R. Con la ayuda del componente humano. Tomando como herramienta tu propio ser, como potencial, como talento, de manera que se pueda tomar conciencia de todos los impulsores que se tienen para vivir.

M. A. P. Todo esto está dirigido al ser humano, no al cargo. Lo importante son las personas. Hay que llegar al corazón de éstas para lograr grandes transformaciones. El amor al servicio de la inteligencia. Las empresas deben buscar lugares donde generen valor de forma conjunta.

Juan Mateo. Uno no tiene lo que se merece, tiene lo que negocia. En un mundo con dificultades, plagado de conflictos, es importante negociar. Y es bueno saber por qué se producen los conflictos. Lo bueno es no estar de acuerdo y resolverlo. Hay que conducirlo todo al terreno del acuerdo. Los conflictos no son malos, son buenos. Es un acicate tener enfrente a alguien que nos diga que no, y lo bueno es saber gestionar esa negativa. Se trata de convertir el conflicto negativo en positivo. Para saber por qué suceden los conflictos es necesario haber entendido el comportamiento humano y su base científica. Para afrontar un conflicto a través de la negociación se requiere de metodología. Cuando se llega a un acuerdo hay que intentar sacar lo mejor de cada persona. En una empresa diversa es necesario construir respetando las individualidades.

M. A. P. En la vida tenemos que tener puntos de referencia, como los faros en la niebla, y ver cómo se pasa de una experiencia negativa a algo alucinante.

P. Al final es una búsqueda de la felicidad.

J. M. ¿Cómo es posible que la felicidad no se estudie en la universidad? Se puede tener técnica para afrontar cualquier proyecto pero al final es el conocimiento humano el que puede ser un aliado o un enemigo. Es el elemento definitivo de un proyecto empresarial. Si supiéramos la cantidad de errores que evitaríamos siendo conscientes de este tipo de cosas.

Á. R. Se trata de decir cómo ganamos juntos, no cuánto te voy a sacar. Es el ejemplo de Vicente del Bosque, que ha sacado lo mejor del equipo y juntos han ganado.

J. M. O de Ferran Adrià, que sabe crear equipo y muestra una gran generosidad. Hay que decir: tengo las herramientas que pueden transformar y crear una organización diferente, si entiendo las cosas que hacen los demás.

¿Los directivos no ven estos matices?

Á. R. El cambio puede venir por convicción o por compulsión. Por convicción debería ser obligatorio pero solo lo hace una minoría, aunque cada vez son más. Todos estos temas son una asignatura pendiente dentro del management. Hay brotes verdes, la siembra pasa por la creación de un nuevo paradigma de creación y de relación humana. Es importante crear la cultura del logro, a partir de la confianza y el compromiso de su gente. Cada vez más directivos jóvenes están abiertos a este tipo de planteamientos.

Pero cuesta cambiar.

A. R. Hace 10 años no habría cuajado. En el mundo del deporte, que es bastante visible socialmente, no se habla de si un entrenador es bueno, sino de si genera confianza. Se gana porque se cree que se puede ganar, y porque con pasión y afecto se logra. Si trabajo mi psique, mi calidad humana, tendré mayor capacidad de entenderme. Es muy importante la superposición de talentos, no los talentos aislados.

¿Qué preocupa a los ejecutivos?

M. A. P. Hace poco estuve con un comité de dirección del sector automóvil, donde casi todos eran ingenieros industriales, y habían tenido unas pérdidas del 34%. Les pregunté si aunando todo el potencial que tenían saldrían de la crisis. Me dijeron que no tenían ninguna duda, pero que no sabían cómo hacerlo. Se trata de aunar corazones, voluntades.

J. M. En definitiva, de ejercer el liderazgo. A mí me ha sucedido que cuando he planteado a algún director general este tipo de acciones formativas, la respuesta era que no tocaba. Ahora se dan cuenta de lo contrario. Ni la tecnología ni nada nos sacará de esto, solo el ser humano.

Á. R. A muchos, cuando se les pregunta qué os une, no lo saben. Hay que salir reforzados, unidos y reinventados, siendo más eficientes en costes y en creatividad. Se requiere de compromiso, de saber gestionar la excelencia.

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