Brasil, un modelo de ciencia y tecnología a seguir

Brasil es un ejemplo a seguir. El país iberoamericano se lleva últimamente todas las ovaciones. En el II Encuentro de Rectores Universia 2010, que reunió en Guadalajara a 1.009 universidades iberoamericanas y a 44 gestores educativos de otros países, se pusieron deberes para 2015. Será la fecha en la que se organice, tal y como anunció el presidente del Banco Santander y de Universia, Emilio Botín, el III Encuentro de Rectores. Y el lugar elegido para debatir sobre los temas incluidos en la Agenda de Guadalajara, aunque la ciudad todavía está por determinar, será Brasil.

El país que preside Lula da Silva estuvo en boca de muchos de los presentes. Por varias razones. Una de ellas la expuso la rectora de la Universidad de las Islas Baleares, Montserrat Casas, al asegurar que los países que tienen un sistema en ciencia y tecnología con mejores resultados, tanto en publicaciones como en transferencia de conocimiento, han apostado por la formación de doctores. Y "Brasil puede ser un ejemplo a seguir". En algunos países, como en el citado, "los doctores presentan productividades hasta cinco veces mayores que los profesionales que carecen de esta formación", agregó.

En este tema también ahondó Botín, que en el discurso de clausura criticó la brecha que existe entre la universidad y la empresa, y resaltó aspectos sobre los que es necesario avanzar, como en la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), que representa el 0,8% del PIB. Tan sólo dos países, según el informe de Educación Superior en Iberoamérica, invierten por encima de este indicador económico: España (1,35%) y Brasil (1,02%).

Otra de las conclusiones que se extrajo de esta reunión fue la necesidad de instar, tanto a los Gobiernos como al sector privado, a un incremento progresivo y continuado de los niveles de inversión en I+D+i, con el que estimular la excelencia investigadora, así como promover planes de dotación y mejora de infraestructuras y grandes instalaciones que puedan ser compartidas. También se concluyó con la idea de que es necesario tener una universidad más eficiente, abierta, científica, formadora, crítica, globalmente competitiva y emprendedora. Para ello, se requiere adaptar permanentemente sus funciones y estructuras, con el sustento de tres pilares, como son una financiación adecuada, una gestión profesionalizada y transparente con principios de calidad y la actualización permanente a los nuevos desarrollos tecnológicos.

Los rectores instan a los Gobiernos de sus respectivos países, como principales responsables, y a las instituciones privadas a incrementar la inversión en educación superior, racionalizando el uso de los recursos. Recomiendan la creación de un marco jurídico que favorezca el mecenazgo y gestionar estratégicamente la captación de recursos a través del mismo, construir un sistema de indicadores comparable para avanzar en la difusión de información y clasificación de las universidades e impulsar el avance de la cultura digital en la universidad.

En el capítulo de la calidad docente y la renovación de las enseñanzas, los rectores pretenden establecer un proceso de convergencia y reconocimiento de las estructuras educativas, apoyado en agencias de acreditación homologadas internacionalmente. Desean ampliar la oferta de posgrado, fomentar el desarrollo de campus virtuales y la disponibilidad de material docente en internet, así como crear una red de observatorios de inserción laboral y estimular las prácticas en empresas de los alumnos.

La movilidad y la internacionalización son otros de los asuntos pendientes. Por ello, han quedado en elaborar una estrategia para atraer estudiantes y profesores extranjeros, basada en una mejora de acogida y en la calidad de los estudios, a la vez que establecen mecanismos para evitar la fuga de talento. æpermil;stas son algunas de las tareas incluidas en la agenda de los rectores, que deben impulsar antes de acudir a la cita dentro de cinco años en Brasil.