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Diario de a bordo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un sabor muy amargo

Todos los indicadores invitan a la prudencia.

Javier Sampedro, en el diario El País, contaba una curiosa anécdota científica. En 1931, el químico Arthur Fox buscaba un edulcorante artificial y creó la feniltiocarbamida. Fox probó el compuesto y no le encontró sabor alguno, así que decidió destruirlo; antes un colega suyo lo saboreó y sufrió casi un síncope, pues era extremadamente amargo. ¿Cómo puede ser que este compuesto le pareciera insípido a su creador? Se debe a un gen que da la capacidad de notar el sabor amargo o no. Solo el 50% de los europeos lo tiene, lo que jocosamente, comenta Sampedro, podría explicar lo populares que son las coles de Bruselas en Europa...

En los mercados financieros existe un indicador que sirve para poder calibrar con bastante precisión el grado de sabor amargo que hay en la boca de los operadores, algo muy útil en tiempos difíciles. Una especie de termómetro del miedo real a la posibilidad de crisis, independientemente de las cotizaciones de las Bolsas. Se trata del índice Itraxx Crossover, que mide los 50 principales credit default swap o derivados de cobertura de quiebra de emisiones de crédito, una especie de seguros contra la quiebra. Cuanto más bajo esté el índice, quiere decir que el sistema cobra barato protegerse, y al revés; cuando está muy alto, sale muy caro protegerse porque hay miedo. Cuanto más alto, peor para las Bolsas, y viceversa.

Como podemos ver en el gráfico de arriba, el nivel de miedo es realmente alto. Tanto, que nos movemos en el entorno de los alcanzados durante la crisis de 1998, tras la moratoria de la deuda rusa. El primer nivel psicológico de soporte está en los 400 puntos. Ya iremos informando en esta sección si hay cambios importantes.

El mercado descuenta fuertes bajadas de tipos por parte de la Fed como parte de la solución. Las mayores desde 1984, se dice. Desde la Segunda Guerra Mundial, según la organización Hirsch, el Dow Jones a los seis meses de iniciarse una subida de tipos baja el 2,4%, y sin embargo, sube el 12,4% en los ciclos de bajadas. Es evidente que esto no garantiza nada, pues hay que recordar cómo en 2001 se bajaban los tipos fuertemente y las Bolsas siguieron bajando. La situación desde luego es diferente porque entonces había un importante exceso de valoración y ahora hay otros problemas, como la crisis de crédito.

En cualquier caso, con un nivel de preocupación como el que muestra el índice Itraxx Crossover, el inversor prudente parece que debe mantenerse ajeno al mercado, a la espera de que las aguas se calmen. Habrá rebotes violentos, con seguridad, pero no hay que entrar al trapo a las primeras de cambio. Es evidente que tarde o temprano llegará una oportunidad de compra de las que se ven pocas veces, con muchos valores a precios muy bajos para sus fundamentales, pero nunca hay que precipitarse y entrar contra tendencia. De momento la tendencia de corto y medio plazo es bajista, ya que durante esta semana el aspecto técnico se ha deteriorado mucho, después de la pérdida de soportes importantes, tanto en Europa como en EE UU.

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