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La opinión del experto

La mentalidad ganadora de Nadal

Antonio M. Calderín asegura que si algo hay que destacar y se puede aprender del tenista manacorí es su actitud positiva y su capacidad para proponerse una meta y conseguirla

Ahora que Rafael Nadal, del que me confieso gran admirador, está en medio del maratón de los grandes torneos de tierra y hierba, creo que bien se le puede animar proponiendo que en el mundo de la empresa, y en todos los ámbitos de nuestra vida, aprendamos de su mentalidad ganadora.

Además de poseer otros atributos, como la vitalidad, la sencillez, el arrojo y el carisma, que nunca estarían de más dentro del complejo colectivo empresarial, creo que Rafa Nadal es un estupendo ejemplo de deportista con una mentalidad ganadora a prueba de bomba. Martina Navratilova decía que todos los grandes jugadores tienen poco más o menos los mismos golpes; lo único que les diferencia es la actitud mental. Esto es una mentalidad nada dubitativa, ganadora al cien por cien. Es lo que caracteriza a los campeones de raza. Nadal es un buen ejemplo de ella.

A la edad en la que otros deportistas comienzan un difícil camino para alcanzar el éxito, él se ha convertido en un referente. Y no sólo por sus triunfos en las pistas sino por su comportamiento fuera de ellas, algo difícil de observar en otros campeones tanto del mismo nivel deportivo como mediático.

La mentalidad ganadora de Nadal se ve reflejada en la enorme concentración con la que juega sus partidos. Seguramente no piensa en otra cosa que no sea la victoria. Tuve la oportunidad de verle entrenarse y me sorprendió su grave concentración tanto en la colocación como en los golpes que daba, al margen de las bromas que, de vez en cuando, gastaban su entrenador y otro tenista que jugaba contra él. Incluso cuando acabó el entrenamiento y se dedicó a firmar autógrafos, estuvo durante un buen rato seriamente concentrado hasta que debió decirse a sí mismo: 'ya puedes relajarte'.

Una persona que bien le conoce, Toni Nadal, tío, entrenador y artífice en parte del comportamiento del tenista manacorí, siempre ha dado la misma respuesta a cuantos le han preguntado cómo se fabrica un campeón como Nadal. Asegura que para llegar a cualquier meta, da lo mismo que sea grande o pequeña, tan sólo hay un camino: proponérselo y trabajar. Lo mismo diríamos los que hemos tenido responsabilidades comerciales, el éxito no es más que la fijación de unos objetivos, creerse capaz de conseguirlos y trabajar con tesón y concentración para lograrlos de manera rotunda y contundente.

Que es duro, nadie lo duda. No existen metas importantes que sean fáciles de conseguir en la vida. Nuestros antepasados latinos ya decían per aspera ad astra (por lo aspero a los astros) o 'per angosta ad augusta' (por lo angosto a lo augusto). Nadal conoce mejor que nadie la temible regularidad de su gran rival Roger Federer, los devastadores saques de Roddik y la ambivalencia de Blake en el fondo de la pista. Sabe bien que pueden ser cualidades letales para él y su juego, pero no se le conoce partido alguno con estos rivales que no haya comenzado con mentalidad ganadora y vendido muy cara su derrota, cuando así ha sido. La mentalidad ganadora es en buena parte el coraje para ganar; coraje al que se refería Noah cuando aseguraba que los tenistas eran como gladiadores sobre la arena, que utilizaban simplemente dos armas: sus raquetas y el coraje.

Además de proponerse unas metas y trabajar denodadamente para conseguirlas, es fundamental tener una mentalidad ganadora, es decir, automotivarse hasta convencerse de que se puede conseguir lo propuesto y se va a lograr, porque además de estar bien capacitado y entrenado para ello, se va poner todo el afán y empeño por conseguirlo.

La mentalidad ganadora no tiene en cuenta la derrota. Es algo que no se contempla. Por ejemplo, otra tenista, Venus Williams decía: 'jamás pienso en perder'. Tan sólo pensar en la derrota puede acarrear el fracaso. Lo recordaba Baghdatis, cuando después de perder la final de Australia con Federer, declaró: 'quizás tuve miedo, quizás no me lo creí'. Incluso siendo derrotado, el campeón de mentalidad ganadora, no reconoce su derrota. Qué bellas las palabras de Federer nada más ser vencido por Nadal, precisamente, en una semifinal de Roland Garros, cuando dijo: 'ahora sé que le puedo ganar en cualquier superficie'. El escritor inglés Gilbert Keith Chesterton ya había escrito mucho antes que la manera en la que se piensa en la derrota determina el tiempo que se tarda en vencer.

La también jugadora de tenis Billie Jean King decía que un campeón tiene miedo de perder, pero el resto de jugadores lo tienen de ganar. No tengamos miedo de ganar en nuestras tareas diarias; los objetivos que nos han marcado se pueden conseguir (sino no los hubiéramos aceptado), estamos bien preparados para ello y tenemos la concentración, el coraje y la mentalidad ganadora para triunfar. Que nos vean como Coria vio a Nadal en la final de Montecarlo cuando dijo: 'es un animal, una bestia en la pista, y está muy bien mentalizado'.

Antonio M. Calderín. Director general de Sonosite Ibérica

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