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Análisis

El complejo sudoku de las cajas de ahorros

Las fusiones de cajas han de agradar a la vez a las entidades, a las autonomías y al Banco de España.

Llevan meses de contactos entrecruzados o mirando de reojo a sus competidores para analizar en secreto las posibles combinaciones que pueden resultar más beneficiosas en la reordenación del sistema financiero español. Bancos y cajas son conscientes de que la salida a la crisis pasa por la reducción en el número de jugadores, pero de momento nadie se había atrevido a dar el primer paso. La creación del fondo de reestructuración bancaria, aprobado hace una semana por el Consejo de Ministros, da ahora el pistoletazo de salida a una esperada oleada de fusiones. Los expertos consideran que el proceso será más brusco y rápido en cajas de ahorros y cooperativas de crédito que en los bancos, debido al elevado número de entidades de esta categoría; 45 y 81, respectivamente.

Aunque el mapa resultante todavía es una incógnita y el sudoku será difícil de cuadrar, se calcula que las cajas podrían verse reducidas a la mitad, produciéndose el mayor volumen de movimientos en aquellas regiones que cuentan con más de dos entidades. Ese es el caso de Cataluña, Andalucía y Castilla y León, las primeras comunidades que han movido ficha. Han sido los Gobiernos autonómicos los impulsores de fusiones entre entidades locales con el propósito de evitar que puedan prosperar uniones con algunas cajas radicadas fuera de su dominio. Una opción que ya ha sido vetada en varias ocasiones y que con el nuevo fondo no parece que vaya a tener muchas más oportunidades de éxito. Sucedió con el intento de Unicaja de hacerse con Caja Castilla La Mancha, intervenida poco después por el Banco de España, o con el interés de Cajamurcia en Cajasur. Ahora bien, la creación del fondo de reestructuración bancaria ha provocado los primeros recelos, y tres comunidades -Andalucía, Extremadura y Cataluña- ya cuestionan abiertamente la competencia del Banco de España en las fusiones de cajas. Según el plan del Gobierno, el Banco de España autorizará las fusiones de entidades que reciban ayudas, extremo que choca con el actual poder de veto de las comunidades.

De momento, y aunque no hay un proyecto firme sobre la mesa, las catalanas Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu ya se han reunido con el Banco de España para explorar las diferentes alternativas, mientras que Caixa Catalunya, Girona y Tarragona también analizan su posible fusión. A estos grupos podrían unirse al final otras de las cajas de la región -Penedés, Laietana y Manresa- o intentar ensayar otras posibles integraciones, sobre todo después de que el Banco de España haya advertido que es necesario que la entidad resultante tenga el tamaño adecuado. La Caixa prefiere por ahora mantenerse al margen de estas conversaciones.

En Andalucía también se han empezado a mover las piezas. La Junta, hasta hace unos meses partidaria de la creación de una caja única andaluza, ve con buenos ojos que Unicaja absorba a Cajasur, cuya morosidad rozaba el pasado marzo el 8%. Quedarían por encontrar pareja Cajasol, resultado de la fusión hace años de El Monte y San Fernando, la General de Granada y Jaén. Estas dos últimas siempre han manifestado su disposición a unir sus fuerzas, aunque Caja Jaén ha declarado que no descarta sumarse al proyecto de Unicaja y Cajasur.

Las cinco cajas andaluzas juntas darían lugar a una entidad de 94.872 millones de euros en activos, la cuarta por detrás de La Caixa, Caja Madrid y Bancaja, y una red de sucursales de 2.754. Castilla y León, con seis entidades, es otra de las regiones donde el proceso ya ha arrancado. Caja España y Caja Duero han alcanzado un acuerdo y Caja Ávila y Caja Segovia podrían sumarse a la lista en breve. En el primer caso, el Banco de España, según fuentes próximas a las negociaciones, ha impuesto a las cajas que la fórmula sea una fusión en toda regla y no una integración como en principio se preveía. "No quieren que nos quedemos en medias tintas. El proceso para homogeneizar los datos de ambas entidades está siendo más complejo, lo que retrasará la presentación del documento a septiembre. El Banco de España desea que esté todo muy atado", explican estas mismas fuentes.

El resto de acercamientos también tiene lugar entre entidades de la misma comunidad. Las dos extremeñas -Badajoz y Extremadura- y las tres vascas -BBK, Kutxa y Vital- podrían aprovechar esta vorágine para retomar los contactos, que se han visto truncados en los últimos años bien por el rechazo de algunos partidos o por otros motivos.

Los expertos opinan que, en su mayoría, las fusiones supondrán sólo un parche. "Se está hablando de uniones que reducirán el número de entidades, pero no serán suficientes para llevar a cabo una reestructuración profunda del sector", comentan. Explican que tendría más sentido que se llevaran a cabo integraciones entre entidades de diferentes regiones, al producirse menos solapamiento de oficinas y plantillas. Para ello, habría que vencer el rechazo de las administraciones locales. Uno de los temas más espinosos es la obra social, porcentaje que cada entidad destina de su beneficio a acometer proyectos de interés cultural o social dentro -la mayoría- o fuera de su comunidad autónoma de origen. Las catalanas, por ejemplo, intentan solventar este obstáculo con la propuesta de que cada entidad conserve la gestión de esta partida de fondos, aún después de la fusión.

No son las únicas resistencias; también hay internas. Las entidades de algunas regiones -las gallegas y las valencianas- siempre se han mostrado muy reacias a su integración, aunque la iniciativa haya partido de los poderes públicos.

De cualquier modo, el mapa resultante dependerá de cuál sea la hoja de ruta que haya trazado el Banco de España y la velocidad que imponga en esta reestructuración, así como de la situación individual de cada entidad. Por el momento, el supervisor ha tomado las riendas en Caja Castilla La Mancha (CCM), entidad que, una vez saneada, podría reanudar las conversaciones de fusión con alguno de sus competidores o bien ponerse a la venta por el sistema de subasta.

Fuentes del sector aseguran que el Banco de España está abierto a todas las alternativas para sanear las entidades. Afirman que incluso ha mantenido conversaciones con algunas firmas extranjeras, que podrían estar interesadas en quedarse con negocio de algunas cajas.

Aunque algunos bancos también pueden atravesar problemas de solvencia en los próximos meses, provocados por la escalada de la morosidad, estas entidades han quedado de momento en un segundo plano. Los analistas prevén fusiones, si bien reconocen que en muchos casos estas entidades están blindadas por la estructura de su capital. En Banco Pastor, la Fundación Barrié de la Maza controla un 41%, mientras que Banco Valencia cuenta con la presencia de Bancaja, y Guipuzcoano de dos de las cajas vascas. Bankinter, Popular y Sabadell, en las quinielas desde hace años, también han luchado por defender su independencia con la entrada en su capital de accionistas afines. Sólo en el caso de Bankinter una entidad extranjera -Crédit Agricole-, que mantiene una pugna con el ex presidente del banco Jaime Botín, ha mostrado su interés por aumentar su participación actual del 23%.

Un rompecabezas que, tanto en las cajas como en los bancos, aún tardará bastantes meses en solucionarse.

La cifra

 

8% es la cota que podría alcanzar la morosidad en las cajas este año, aunque la situación es muy diferente entre entidades. Sólo seis rozan el 9%

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