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Análisis

China se prepara para aceptar una mayor apreciación del yuan

La presión de EE UU y el repunte de la inflación hacen prever un paso hacia un tipo de cambio más flexible.

La baja valoración del yuan, la divisa china, ha vuelto al primer plano de la actualidad al convertirse, una vez más, en la causa de la escalada de tensión entre EE UU y China. Desde mediados de 2008 el país asiático ha limitado la fluctuación de su divisa frente al dólar, un control a la apreciación del yuan que proporciona una fuerte ventaja competitiva a las empresas exportadoras chinas y que le ha costado fuertes críticas de EE UU, país que achaca a este efecto la pérdida de puestos de trabajo. La guerra comercial entre las dos potencias se perfila como una amenaza para la economía mundial aunque acontecimientos recientes apuntan a posibles acuerdos.

El aplazamiento del informe sobre política de cambio del Tesoro de EE UU, previsto inicialmente para el 15 de abril, donde se temía que certificara que China manipula su divisa en detrimento de los exportadores de EE UU -algo que conllevaría sanciones-, así como la inesperada visita a China esta semana de Tim Geithner, secretario del Tesoro de EE UU, dejan entrever el intento de aproximación de las autoridades chinas y norteamericanas ante la visita a principios de la semana próxima en Washington del presidente chino a la conferencia nuclear.

"La posibilidad de un acuerdo amistoso ha aumentado significativamente en los últimos días. Los próximos encuentros diplomáticos entre los líderes de los dos países facilitarán las discusiones bilaterales. Además, dada la cercanía del encuentro del G-20 en junio, China querrá demostrar que está trabajando para corregir los desequilibrios globales. Por ello, la posibilidad de que China acceda a permitir una mayor flexibilidad de la divisa aumenta", explica Mirza S. Baig, del departamento de divisas de Deutsche Bank.

Estados Unidos exige una mayor flexibilidad en el tipo de cambio que permita que la divisa china se acerque a su valor real, pues los economistas estiman que está infravalorada entre un 25% y un 50% respecto al dólar. Una debilidad cambiaria a la que se atribuye también el superávit comercial de China y su papel en la crisis por los desequilibrios que generó a nivel mundial la abundancia de crédito barato, así como el movimiento de capitales en busca de rentabilidades ante el exceso de liquidez en manos asiáticas.

Hasta 2005 China mantenía un tipo de cambio fijo respecto al dólar. Desde julio de ese año pasó a depender de una cesta de divisas y se apreció cerca del 20% respecto al dólar. Sin embargo, desde mediados de 2008 China ha mantenido la divisa bastante estable en el entorno de los 6,82 yuanes por dólar.

Esta política de cambio ha ayudado a China a mitigar el efecto de la crisis en las exportaciones pero el control cambiario no sólo trae ventajas. "Es el momento justo para que China deje su política actual. El PIB ha rebotado el 10,7% en el último trimestre de 2009 y sigue acelerándose, apuntando al riesgo de sobrecalentamiento. China crece mucho más rápido que sus socios comerciales, por lo que mantener la política actual invita al proteccionismo. Tomar una decisión sobre el yuan va en el interés de China", explican desde HSBC. "Una apreciación de la divisa china ayuda a controlar la importación de presiones inflacionistas", añaden desde Barclays. Firma que considera que los efectos de una imposición de tarifas a la importación de productos chinos en EE UU puede resultar mucho más perjudicial para China que ampliar las bandas de fluctuación de la moneda. Por lo que esperan que el país de un paso adelante próximamente. "Dada la incertidumbre sobre la valoración real de la divisa china y la preocupación de las autoridades sobre el impacto potencial en la economía en el corto plazo, creemos que no será una única revaluación. Esperamos una ampliación de las bandas de fluctuación del dólar-yuan que permitirá una apreciación anual moderada del entorno del 5%, junto con la posibilidad de variaciones del tipo de cambio en los dos sentidos", explica Whensheng Peng, responsable de China de Barclays Capital. Una opinión con la que coinciden desde Citi. "Creemos que un paso de China está garantizado por sus intereses domésticos dadas las crecientes presiones inflacionistas, la recuperación de las exportaciones, la necesidad de evitar reacciones proteccionistas violentas, los planes de reequilibrio económico a largo plazo y la internacionalización del yuan", firma que apuesta por una apreciación del 4% en los próximos 12 meses. Una decisión que muchos expertos no ven además como un peligro excesivo. "Creemos que China puede apreciar su divisa entre un 4% y un 5% al año sin que ello tenga un impacto excesivo en la economía", añade Baig.

Una mayor flexibilidad del tipo de cambio puede traer otras ventajas a China. "Evita fuertes fluctuaciones en el tipo de cambio efectivo", añade Peng, al tiempo que una apreciación de la divisa a largo plazo puede ayudar a reducir la dependencia de China de las exportaciones al promover la demanda doméstica y facilitar la llegada de recursos a los sectores no exportadores.

El riesgo de una guerra comercial

Una guerra comercial entre Estados Unidos y China es uno de los principales riesgos a los que se enfrenta la economía global. EE UU tiene un déficit comercial masivo con China al tiempo que se financia gracias a la acumulación de reservas en dólares del gigante asiático. En otras palabras China presta dinero al futuro comprador de sus productos. Un desequilibrio que necesita un ajuste. "Esta relación es poco sana y el reequilibrio se debe hacer de forma gradual. Un cambio brusco podría dañar a ambas economías", explican desde Bank of America.En los últimos años el sector exterior se ha convertido en uno de los motores de crecimiento de China. "Un modelo de desarrollo que se basa en un crecimiento anual de las exportaciones del 25% tiene sentido en los inicios pero no es sostenible a largo plazo. De seguir a este ritmo para 2020 las importaciones de China supondrían el 15% del PIB de EE UU, un porcentaje equivalente al total de las exportaciones a día de hoy", añaden desde el banco, entidad que entiende la revaluación como un buen paso para la estabilidad de China a largo plazo.El gigante asiático necesita buscar otro motor de crecimiento, al igual que EE UU, país donde el incremento del consumo ha superado en un 0,5% al año el aumento de los ingresos, lo que ha fomentado la importación de productos.China puede facilitar el ajuste global permitiendo que su divisa se aprecie de forma gradual y Bank of America considera que deberían utilizar esta política para restringir el crédito y contener la recuperación.

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