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Formación

Los científicos de la salud encuentran su 'xacobeo'

La Universidad de Santiago apuesta por el 'biopolo' Campus Vida para atraer a empresas e investigadores

Más que conocido es el Xacobeo en este año santo compostelano. Pero mucho menos es el otro camino que la Universidad de Santiago ha abierto para convertirse en un polo permanente e internacional en el ámbito de la salud: el Campus Vida, con el que pretende atraer el talento y desarrollar nuevas iniciativas privadas.

El año pasado, el Ministerio de Educación otorgó a 11 universidades la calificación de campus de excelencia internacional. La de Santiago lo consiguió gracias a su proyecto Campus Vida, que se focaliza en las áreas de medicina, farmacia, biología, química o veterinaria, rebautizando a su urbano y antiguo campus sur, donde se concentran la mayor parte de estas facultades.

"Nuestra universidad es de tamaño medio, pero con muy buenos indicadores en patentes o captación de recursos por investigador. Ahora bien, es muy desigual en función de los distintos campos temáticos. Tenemos más talento en ciencias de la vida, por eso hemos hecho esta apuesta", asegura Senén Barro, rector de este centro fundado en 1495.

Para 2015, la Universidad planea contar con 'spin-offs' valoradas en 100 millones

"La investigación biomédica en el entorno de la universidad es un valor muy fuerte, es un hecho diferencial", afirma Ángel Carracedo, catedrático de Medicina Legal, Premio Rey Jaime I en investigación médica y uno de los miembros del comité asesor internacional de Campus Vida, donde participan destacadas personalidades como dos premios Nobel y un galardonado con el Príncipe de Asturias. "Es uno de los programas más imaginativos y creativos que he conocido", comentaba hace un par de semanas el nobel Torsten Wiesel, quien acudió a Santiago a explicar el proyecto. Además, señalaba que se permitirá así retornar a muchos investigadores españoles que no encontraron oportunidades en su tierra.

"Queremos un nuevo modelo de universidad", reclama el rector. Más internacional, "un modelo de gestión inédito" con la participación de centros de investigación, más profesionalizado y con transferencia a la sociedad "más allá de la publicación científica", explica.

El proyecto, con plazo final en 2015, comenzó hace seis años, pero ha conseguido un nuevo impulso con la marca de campus de excelencia. Cuenta con un presupuesto de 163 millones de euros, del que el 60% ya está captado o, incluso, ejecutado. "Sabemos de las dificultades económicas actuales, pero sería muy deseable que el Gobierno autónomo refuerce esta iniciativa de atracción de talento", señala María José Alonso, vicerrectora de investigación e innovación. Se refiere fundamentalmente a una de las apuestas claves de la iniciativa: la Escuela de Doctorado y Posgrado Internacional, que no cuenta con un plazo claro de creación ni lugar de emplazamiento y con la que se pretende atraer a estudiantes e investigadores posdoctorales. "Queremos contar con 1.100 investigadores, de los cuales el 30% o el 40% o los captaremos de fuera o serán nuevo talento formado por nosotros", afirma Barro.

El objetivo más "ambicioso", según el rector, es que el campus se convierta en uno de los 100 biopolos más importantes del mundo en 2015, es decir, un centro donde se combine formación, investigación y empresa. "La salud es una de las grandes áreas de futuro de los países más punteros. Es también el ámbito donde están apostando las mejores universidades del mundo", zanja.

Además de las facultades y la futura escuela de posgrado, el campus contará con cinco centros singulares de investigación en medicina molecular, química y materiales moleculares, física, tecnología de la información y ciencias de la vida. A todo esto hay que sumar el actual Hospital Universitario de Santiago. "Esto permitirá la integración y colaboración en distintas líneas de investigación", asegura Alonso. "No podemos ir solos. Necesitamos al hospital y a las empresas privadas". Ya se han creado unidades mixtas de investigación, los openlabs, con participación privada. Por eso, el capital externo también se convierte en clave en un modelo en el que la vinculación con la empresa debe ser dinámica para crear empleo, hasta 1.000 puestos de trabajo directos, según José María Castellano, presidente de Ono, ex directivo de Inditex, y miembro del comité asesor. "Esperamos que de capital privado se pueda llegar a una cantidad próxima al 10% del total del presupuesto", explica el rector.

"La participación de personas como José María Castellano es crucial para dinamizar y orientar la relación entre la universidad y la empresa. Ahora tenemos que ver si somos capaces de dar publicidad a todo esto", se cuestiona el profesor Carracedo.

Sumar sinergias con el capital privado

Campus Vida cuenta con una agrupación estratégica de compañías como Advancell, Laboratorios Esteve, Nanogap, Neoke, Keramat, Mestrelab y Galchimia. Estas son empresas que tienen sede en el campus, en el edificio Emprendia, un vivero para nuevas iniciativas privadas. "Es un polo que intenta sumar sinergias", resalta Carmen Pampin, directora de Galchimia, una spin-off de la universidad especializada en ofrecer servicios de I+D en química orgánica para el sector farmacéutico y biotecnológico. "Las ventajas de la colaboración con la universidad se perciben en la ayuda de grupos de investigación de otras áreas, el apoyo en servicios y equipos que podamos necesitar y en la formación de nuestros recursos humanos, que la mayoría son de la Universidad de Santiago", explica.Pero Santiago también cuenta con convenios junto a otras entidades colaboradoras, como Inditex, Zeltia, Almirall, Faes Farma, el Parc Científic de Barcelona y el Banco Santander. Una de estas sinergias ha permitido que Galchimia colabore con Almirall, Esteve y Palau Pharma en un proyecto financiado por fondos Cenit. La universidad también ha creado una unidad mixta con Esteve y participa en el capital de Advancell."No es sólo una cuestión económica, sino también un modo de pensar distinto, un enfoque más realista y un acercamiento más claro a la sociedad", cree la vicerrectora de investigación.Para 2015, la universidad planea contar con spin-offs valoradas en 100 millones de euros. "Los recursos que vienen del capital privado para I+D+i suponen ya el 30% de nuestra actividad y esperamos llegar a un 50%", ambiciona el rector.

La cifra

163 millones de euros se han destinado a Campus Vida, la mayor parte procedente de fondos Feder, públicos y anticipos reembolsables.

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