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Guía para el inversor

Cestas de valores para invertir en el exterior

Los fondos cotizados o ETF, de inminente implantación en España, combinan diversificación, liquidez y bajos precios

Alo largo de las últimas semanas de diciembre bancos y casas de Bolsa fueron presentando sus informes con la estrategia de inversión recomendada para 2006. Entre las opiniones de los expertos había varias coincidencias. Uno de los puntos más repetidos era la preferencia por la renta variable extranjera frente a las acciones españolas. Ya han pasado tres semanas del nuevo año y los augurios de los analistas, salvo en el caso del Nikkei y el Dax, se cumplen. Así, mientras el Ibex cae un 0,07%, el S&P 500 gana un 1,9% y el Cac un 1,2%.

El dilema que se le plantea al pequeño inversor es con qué vehículo aventurarse en las procelosas aguas de las Bolsas internacionales, donde la capacidad de información y de reacción son menores que en los mercados locales. Por un lado está la compra directa de acciones. Sin embargo, el abanico es muy amplio y las probabilidades de acertar con el valor correcto disminuyen. Por otro, están los fondos de inversión, pero estos activos cubren grandes áreas geográficas, su valor liquidativo se fija una vez al día y las comisiones son altas para, en muchos casos, sólo igualar el rendimiento del índice de referencia.

¿Existe una tercera vía? Sí, los fondos cotizados o ETF (en inglés, Exchange Traded Funds) un híbrido entre los fondos y las acciones donde lo que se compra es una cesta de valores. Aunque ya se puede invertir en ETF de otros países desde hace años, va a ser ahora cuando se popularicen en España. El Real Decreto de inversión colectiva los ha regulado, eliminando las barreras fiscales que retrasaban su salida. La Bolsa ultima el primer fondo sobre el Ibex y pretende que ETF extranjeros coticen en su mercado.

'Los ETF son fondos de inversión normales, con la diferencia de que sus participaciones cotizan de forma continua en el mercado', explica Beatriz Alonso, del departamento de renta variable de Bolsas y Mercados (BME). 'Se trata, por lo tanto, de un producto que reúne la diversificación de un fondo, ya que la acción del ETF está compuesta por todos los valores del índice al que replica, y la flexibilidad de una acción. Esto quiere decir que no hay que esperar al cierre de la sesión para saber su valor liquidativo, lo que permite comprar y vender como cualquier otro título', añade. Alonso, junto a otros miembros de BME, lleva trabajando varios años para sacar adelante un segmento de mercado especializado en fondos cotizados.

Aunque en España son hasta ahora poco conocidos, lo cierto es que los ETF están causando verdadero furor en el resto de mercados. Así el SPDR Trust, conocido como Spider, que fue el primer fondo cotizado en ver la luz en 1992 y que replica el comportamiento del índice S&P 500, gestiona un patrimonio de 59.000 millones de dólares y está entre los cinco valores más contratados de Wall Street, con un volumen medio negociado en 2005 de 7.450 millones.

Durante la década de los noventa del siglo pasado, los ETF se desarrollaron en EE UU. No fue hasta el año 2000 cuando dieron su salto a Europa, con los primeros fondos que replicaban el comportamiento del índice Euro Stoxx 50. Actualmente, en EE UU hay 180 ETF con un volumen total gestionado de 263.000 millones de dólares. Mientras, en Europa hay registrados más de 165 fondos, con un patrimonio de 45.000 millones.

'Un ETF es fácil, transparente y ágil. Además facilitan tener una rápida exposición a un mercado determinado comprando una sola acción. Su principal virtud es que con unas bajas comisiones facilita al inversor una mayor diversificación de su cartera que si comprase dos o tres acciones aisladas. Asimismo, permiten utilizar instrumentos y estrategias, mientras que con los fondos tradicionales no se puede'. Estas son, a juicio de Bernardus Roelofs, responsable de ventas de fondos cotizados del HVG, las claves del éxito del producto. Este banco alemán, a través de Indexchange, es uno de los líderes en Europa en la gestión de ETF.

Los expertos recomiendan utilizar los fondos cotizados, sobre todo, para invertir en el exterior. 'Más que como herramienta de diversificación, creo que los ETF son un complemento perfecto para que el inversor pueda, pagando lo mínimo y con gran liquidez, exponer parte de su cartera a los mercados internacionales', apunta Juan Ramón Caridad, director de productos de Atlas Capital.

Aunque existen algunos fondos cotizados de gestión activa, la inmensa mayoría de estos productos se enmarca dentro de la gestión pasiva, es decir, intentan ajustarse al máximo al comportamiento del índice que intentan replicar. Esta característica, junto al hecho de que se puedan comprar y vender igual que una acción, provocará, según Caridad, que el inversor español se vuelva mucho más crítico con las comisiones que le cobran actualmente por los fondos de inversión, sobre todo aquellos que reproducen un índice. 'Todo lo que es simple gestión pasiva no vale una comisión de gestión', opina Caridad.

Joaquín Casasús, director general de Abante Gestión, coincide en el atractivo de los ETF por sus bajas comisiones. 'Nosotros, que estamos especializados en fondos de fondos, una parte de la cartera solemos exponerla a los mercados internacionales a través de los fondos cotizados y de los fondos índices y otra, mediante la selección de los mejores gestores, porque pueden aportar valor añadido. El problema es quedarse en medio, es decir, pagar elevadas comisiones por replicar lo que hace el mercado'.

Si la liquidez y las bajas comisiones son los puntos fuertes de los fondos cotizados frente a los fondos tradicionales, estos últimos cuentan a su favor con la exención de tributación por el traspaso del patrimonio de unos fondos a otros, algo que el legislador no ha concedido a los ETF. Los expertos no creen, sin embargo, que este punto reste atractivo al nuevo producto. '¡Al contrario! Su gran baza es que se les trata igual que las acciones', apunta José Antonio López, director de estructurados de renta variable y productos listados de Société Générale. Por su parte, Casasús matiza que dependerá del tipo de inversor. 'Tendrá que valorar si le aporta más comprar y vender en el intradía o tener el dinero en el fondo a medio y largo plazo'.

Amplio abanico de opciones

A la espera de que empiecen a funcionar los primeros productos sobre la Bolsa española, lo cierto es que la industria de ETF se ha desarrollado mucho desde su nacimiento. Al principio eran fondos que replicaban índices bursátiles nacionales pero, poco a poco, se han ido especializando y el inversor puede elegir hoy entre una amplia gama que abarca fondos cotizados sectoriales, regionales, sobre materias primas, divisas e incluso renta fija.

Entre los ETF cuyo subyacente es un índice bursátil, los más conocidos y negociados en EE UU son el Spider, el QQQQ y el Diamons, que replican el S&P 500, el Nasdaq 100 y el Dow Jones, respectivamente. En Europa, destacan el Daxex sobre el Dax alemán, el iShares DJ Euro Stoxx sobre los blue chips del área euro, el Lyxor CaC sobre el CaC 40 francés, el Ishares FTSE 100 que replica la Bolsa inglesa o el Ishares MSCI Japón para aquellos que estén interesados en tener exposición a la Bolsa nipona.

En cuanto a los fondos cotizados sectoriales y por áreas geográficas, los que mayor rendimiento ofrecen en los últimos 12 meses son aquellos referenciados a las empresas energéticas, como el Vanguard Energy Vipers en EE UU y el Axa EasyETF Euro Energy en Europa, y los fondos que replican índices de países emergentes, como el Ishares MSCI Brazil Index Fund.

La fascinación por el boom chino también se ha trasladado al mercado de ETF. Los dos fondos que se han creado recientemente sobre este país ya gozan de gran aceptación. Por un lado está el iShares FTSE/Xinhua China 25 Index Fund, que incluye las mayores compañías que cotizan en la Bolsa china, y por otro, el PowerShares Golden Dragon Halter USX China Porfolio, que replica sólo la evolución de aquellas empresas asiáticas que cotizan en Wall Street.

Por su parte, para aquellos que quieran aprovechar la gran revalorización del precio del oro tienen la posibilidad de invertir en el StreetTracks Gold Shares. Los inversores también pueden apostar sobre el cambio euro-dólar con el fondo Euro Currency Trust.

En España este producto se limita por el momento a los inversores institucionales. Sin embargo, algunas de las grades fortunas del país, a través de sus Sicav, ya tienen ETF en cartera. Es el caso de Morinvest, de Alicia Koplowitz, que tiene 3,8 millones de euros en el Energy Select Sector SPDR, y Keeper, de la familia del Pino, que ha invertido 4,4 millones en el Ishares DJ Stoxx 50.

El primer ETF español, listo antes de abril

Los inversores españoles podían comprar fondos cotizados o ETF (en inglés, Exchange Traded Funds) en otros mercados europeos, pero no podían hacerlo en la Bolsa española. Aunque con seis años de retraso, esta situación está a punto de corregirse tras la aprobación del Real Decreto sobre instituciones de inversión colectiva que contempla en su artículo 49 la figura de los ETF.'Aún quedan algunos aspectos por solucionar pero nuestro objetivo es que el primer ETF sobre el Ibex 35 esté cotizando antes de que finalice el primer trimestre del año', señala Beatriz Alonso, de Bolsas y Mercados Españoles (BME).Junto a otros expertos, Alonso lleva ya varios años trabajando en el desarrollo de una plataforma específica para la negociación de los fondos cotizados. Aspectos relacionados con la fiscalidad de estos productos, sin embargo, habían abortado una y otra vez este proyecto, escollo que la nueva regulación ha podido finalmente solventar.Antes de aprobarse el reglamento, el ETF, al tratarse de un fondo de inversión, estaba sometido a una retención del 15% cuando se producía una variación patrimonial. Es decir, que al reembolsar las participaciones del ETF, toda ganancia iba a ser un 15% menor a la del índice de referencia. 'Este tratamiento fiscal provocaba que la réplica no fuese exacta, haciendo con ello inviable el producto', explica Alonso.A cambio de eliminar la retención, el regulador no ha dotado a los cotizados de las mismas ventajas fiscales de los fondos inversión tradicionales a la hora de los traspasos. Es decir, si un inversor desea traspasar su dinero desde un ETF a un fondo tendrá que tributar por las variaciones patrimoniales, como ocurre con una acción cualquiera. Tras solventar la barrera fiscal, ¿en qué punto se encuentra el proyecto de BME? 'Ahora mismo estamos en la fase de selección, tanto de los fondos que va a haber como de las gestoras que finalmente vendan y gestionen los productos', comenta Alonso.Desde BME aseguran que aún no tienen decidido el número de licencias que se van a conceder, aunque el objetivo es que no sólo exista un ETF sobre el Ibex 35, sino también subyacentes sobre otros índices del mercado español, como el Nuevo Mercado y el Small y Medium Cap. Particularmente esperanzados se encuentran respecto al funcionamiento de un fondo cotizado que replique el Latibex, el mercado latinoamericano en euros.'Además de tener fondos cotizados sobre índices nacionales queremos que el inversor español, ya que vamos a desarrollar este segmento de mercado, tenga acceso a ETF de otros países. Por ello llevamos mucho tiempo hablando con las gestoras internacionales para que traigan sus productos sobre el Euro Stoxx 50 o sobre el Footsie 100 británico, por ejemplo', indican estas fuentes.Al tratarse de un activo nuevo para muchos inversores españoles, en BME no quieren marcarse objetivos de patrimonio captado, aunque como referencia señalan que los ETF en otros mercados comparables como el francés y el alemán manejan cifras en torno a los 3.000 millones de euros.El primer día de cotización del ETF se articulará como ocurre con las Sicav: los creadores de mercado o especialistas suscribirán el patrimonio del fondo y posteriormente habrá un listing de esas participaciones (como ocurre con aquellas acciones que empiezan a cotizar por su valor nominal). Cuando se produzcan ingresos y salidas en el índice será la gestora la que se encargue de realizar los ajustes en el valor liquidativo.

Atentos a

La Bolsa de Madrid tendrá que pelear por hacerse un hueco en un mercado muy competitivo como es el de los ETF en Europa, dominado hasta ahora por Deutsche Börse (30% del volumen negociado), London Stock Exchange (22%) y Euronext (9%).

Cómo es un fondo cotizado

Aunque el proceso de constitución del ETF (mercado primario) es algo complejo, para el minoritario el acceso a este producto (mercado secundario) será igual de sencillo que cuando compra y vende acciones de una compañía.La gestora escogida por BME mediante concurso para gestionar el fondo será la encargada de calcular el valor liquidativo del fondo y de ajustar la cesta de valores a la composición del Ibex.Esta entidad emitirá unas unidades de creación del ETF (algo así como las participaciones) que suscribirán los inversores institucionales. Estos, a su vez, entregarán a la gestora una cesta formada por acciones de las compañías del Ibex, equivalentes en valor a la unidad de creación. Estas acciones quedarán bajo custodia en una entidad depositaria. A continuación, los inversores institucionales dividirán las unidades de creación en partes más pequeñas que serán las que compre el inversor final y se intercambien en el mercado. Cuando los institucionales reembolsen las unidades recibirán las acciones que depositaron en su momento.A lo largo de todo este proceso intervendrá también un creador de mercado o especialista, encargado de dar liquidez al ETF, actuando tanto en el mercado primario como en el secundario. Su labor es que el valor del fondo sea siempre igual al del índice que replica.

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