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Simulación

La realidad virtual se hace asequible para las pymes

Pisar a fondo el acelerador de un coche de 250 caballos puede terminar con las ruedas a varios metros del suelo si existe un error de diseño de la carrocería. Hace unos años, el fabricante trataba de afinar sus cálculos y cruzaba los dedos a la hora de probar prototipos. Se aprendía del fallo, como se hace en la actualidad. Pero hoy es mucho más sencillo y barato gracias a una tecnología derivada de los efectos especiales del cine. Es la realidad virtual o capacidad de simular entornos en tres dimensiones en los que se interactúa en tiempo real.

A las empresas les basta con presentar los bocetos digitalizados de sus productos, normalmente a través de programas de diseño asistido por ordenador (CAD), para someterlos a todo tipo de pruebas -rozamiento, temperatura, aerodinámica, presión, etcétera- en un contexto recreado. La mayor ventaja, al margen de la económica, es que se pueden apreciar de inmediato los efectos de las modificaciones.

Los desarrollos en España de esta tecnología son escasos, pero destacados. Proveedores como Gedas, Indra, Decom o Tenatom trabajan ya con decenas de grandes empresas e instituciones; en Barcelona se encuentra uno de los centros más avanzados de Europa; firmas como Seat, con dos centro de realidad virtual propios, abanderan el prototipaje informático; y comienzan a darse experiencias cercanas a la pyme, como la que desarrolla el ayuntamiento sevillano de Alcalá de Guadaíra.

España cuenta con nueve grandes instalaciones, de las que cuatro están en manos de capital privado y las universidades controlan el resto

Gedas, filial de Volkswagen, es la mayor promotora de infraestructuras sobre realidad virtual que opera en España. De hecho, ocho de los nueve centros que existen en este país han sido implantados por esa firma y las aplicaciones de su tecnología están siendo aprovechadas especialmente en aeronáutica -Indra también ha sido responsable de simuladores de vuelo- y la automoción, pero hay otros campos que también pueden sacar provecho.

El director de operaciones de Gedas, Juan José Blasco, apunta hacia los negocios del marketing, química, medicina, ingeniería, diseño industrial, formación u ocio. Así, se puede recorrer una vivienda en venta aunque no esté construida, formar doctores antes de que se enfrenten a su primera operación...

'Hacer un coche en los noventa requería 60 prototipos a medio millón de euros cada uno', comenta Blasco, 'hoy el mismo automóvil se recrea y se evoluciona en realidad virtual casi hasta su producción'. Esto es garantía de rentabilidad: 'Llegamos a simular un ojo humano para una firma farmacéutica que necesitaba probar los efectos de sus colirios', recuerda Blasco.

Consciente de la importancia que toma este banco de pruebas para las empresas, el ayuntamiento sevillano de Alcalá de Guadaíra -uno de los municipios más industrializados de Andalucía- ha puesto al alcance de las pymes una avanzada instalación. Allí hay tecnología suficiente como para recrear la realidad en imágenes de tres dimensiones o fabricar todo tipo de dispositivos a partir de un fotopolímero y gracias a una impresora Rapid Prototipe del fabricante Objet. En este último caso, basta con aportar el diseño y en unos minutos se obtendrá el prototipo físico en un material semejante a la resina y por menos de 200 euros.

Al centro alcalareño le falta un sistema Cave o banco de pruebas en la que una persona puede interactuar con el diseño en 3D. Su instalación dependerá del éxito de la primera fase.

Esa infraestructura Cave existe en el Centre de Realitat Virtual de Barcelona. Y los otros ocho centros españoles están en las universidades politécnicas de Madrid y Valencia: hay cuatro de capital privado (dos de Seat); el Gobierno vasco mantiene uno en Vitoria, y el último lo ha abierto el municipio de Alcalá de Guadaíra. 'Espero que el próximo año sea el de la eclosión de muchas más instalaciones, cuyos presupuestos parten de 300.000 euros', calcula Blasco. En fase de impulso se encuentra, por ejemplo, el Instituto de Investigación en Informática de Albacete.

Un centro de nivel en Sevilla por menos de un millón

El acceso a la realidad virtual en Europa está prácticamente restringido a grandes compañías. Pero existe un centro para pymes en Holanda, llamado Sara, y el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) tiene el suyo propio.Este último, desarrollado en su primera fase con una inversión de 800.000 euros, está abierto a proyectos privados y ofrece precios especiales (aproximadamente el 10% de una tarifa del mercado) para pequeñas empresas.'Podemos realizar prototipos, simulación, impartir formación o, incluso, fabricar un instrumento de forma virtual', dice el director de la Agencia Municipal de Desarrollo, Marcelino Colete.Las instalaciones de Alcalá han sido utilizadas ya por grandes firmas como EADS-Casa y General Dynamics, tres instituciones públicas y cinco pymes, entre ellas un fabricante local de armarios. El Ayuntamiento estudia la ampliación del complejo.

Evolución: Del estudio del espacio al ocio

El primer centro de realidad virtual en España fue implantado por Seat en 1997. Las potencias europeas en esta materia son Alemania, Gran Bretaña y Francia, mientras los primeros trabajos correspondieron a la NASA y la Universidad de Harvard en los años sesenta.Las mesas de realidad virtual van a significar la democratización de una tecnología propia de grandes presupuestos. æpermil;stas se cimentan sobre simples PC y pueden instalarse en pequeñas empresas, hospitales, estudios de arquitectos, etcétera, a partir de 100.000 euros.Los tecnólogos tienen superada la proyección de imágenes en una pantalla para que sean percibidas en tres dimensiones con unas gafas especiales. Más complicado es que las lentes ofrezcan esa percepción de forma directa. Gedas ofrece ya esa posibilidad -maqueta virtual- por la que un sujeto, dotado de gafas y una treintena de sensores repartidos por todo su cuerpo, cree estar en el interior de un coche o a los mandos de un avión recreados virtualmente.Las radiografías podrían ser sustituidas por el modelo en tres dimensiones del órgano del paciente. De hecho, operaciones como la separación de hermanos siameses ya se recrean de forma virtual antes de hacer la más mínima incisión con el bisturí.Proyectos de herencia virtual están tirando del negocio de la simulación. El Ayuntamiento de Cádiz, por ejemplo, ha invertido 600.000 euros en recrear su ciudad tal y como era en el siglo XVIII. Los resultados del trabajo están en la web www.cadiz-virtual.es.El físico Martin Rees y el matemático John Barrow, ambos de la Universidad de Cambridge, plantean que nuestro mundo podría ser pura ilusión manipulada por un supercomputador desde algún rincón del universo. Tratan de explicar así que la realidad virtual puede simular espacios, climas, sensaciones o las propias reglas de la bioquímica.

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